Capítulo XXXIV

21 4 2
                                    

- Despierten. El espectáculo aún no termina. – susurra Smile en el oído de Elian primeramente y luego en el de Arlet. Ambos abren los ojos confundidos, sienten su cuerpo entumecido seguramente por dormir en el suelo de cemento, no se sorprenden cuando ven sus cuerpos sin heridas o cicatrices el Coliseo había innovado grandemente en la tecnología.

Bloom estaba frente a la mesa jugueteando con varios aparatos mientras Fierce mantenía la vista en una de las paredes como si fueran lo más interesante que hubiera visto en su vida. Smile correteaba por el lugar, su personalidad parecía la de un niño aunque llevaba a cabo actos atroces así que era como un niño, pero psicópata.

- No sé qué están esperando para atarlos. – habla Bloom sin ver a sus compañeros, quienes hacen caso a su orden y atan a los chicos como la vez anterior, uno al lado del otro -. Quítenles los pantalones y las camisetas. – ordena, Fierce espera un momento confundido por la petición, pero al ver que no la cambia, obedece. Smile solo sonríe.

Arlet y Elian unen miradas en manera de darle tranquilidad al otro aun cuando interiormente tienen miedo, es de valientes aceptarlo, pero oran esperando encontrar paz en medio de esos difíciles momentos y confianza en su Creador. Porque su fuerza viene de Dios, él lleva su debilidad y angustia sobre sus hombros y no necesitan verlo para creer, porque saben que es verdad.

- Mañana es el cumpleaños del presidente de Ciudad Coliseo, su nombre por si no lo saben es Traian Raclaw, pero ese no es el punto, se le dedicara un acto especial en el que ustedes serán su diversión principal así que deberían sentirse afortunados, este día es su última oportunidad para retractarse y evitar su muerte. – que "afortunados" son, sin embargo todos en ese cuarto eran conscientes de que los chicos no renunciarían.

Fierce les da una mirada a los chicos antes de volver a prestar su atención en Bloom, más específicamente en el látigo que tiene en las manos, oh no. Bloom vuelve a hablar:

- Muy bien, empecemos. ¿No queremos perder el tiempo verdad? – pregunta con cinismo.

Suelta el primer latigazo en la espalda baja de Elian, un ardor eriza su cuerpo, siente como el látigo se enrolla en su torso y se adhiere a él por medio de diminutas agregaciones puntiagudas de metal, al jalar el látigo y quitarlo de su cuerpo este levanta y desgarra la piel dejando marcas como de agujas junto con la sangre brotando de la herida.

Elian muerde sus labios con fuerza, aprieta sus ojos y sujeta la cadena de la cual está suspendido con fuerza. Libera un suspiro de sus labios escuchando de fondo la risa de Smile. Bloom se coloca frente a Arlet y suelta un latigazo directo a su abdomen, la larga cuerda se enrolla en ella, el metal se incrusta en su piel y el ardor provocado no tiene comparación. Aprieta su mandíbula y cierra los ojos de los cuales empiezan a brotar lágrimas, Bloom jala el látigo llevándose piel consigo y la sangre se desliza suavemente sobre el cuerpo de Arlet.

- ¿Os habéis quedado sin palabras? – pregunta Bloom con sarcasmo. Fierce solo aparta sus ojos de la escena y Smile como siempre, disfruta del espectáculo.

- Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él; Si sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará. Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo. 2 Corintios 2:11-13. – habla Elian, posa su mirada en Honey y le da una sonrisa sincera, que dice tanto, pero podríamos resumirlo de esta manera: no importa cuantos latigazos recibamos, cuanta sangre brote de nuestras heridas y cuanto tengamos que soportar; le seguiremos hasta el fin.

- Si sufrimos aquí, reinaremos allí en la gloria celestial, si llevamos la cruz por amor de Jesús, la corona él nos dará.(1)– canta Arlet con voz ahogada y deteniéndose algunas veces, pero con amor y lealtad a su Señor. Los cazadores eran leales a una ciudad que los desechaba y olvidaba; sin embargo el Creador, el Rey del mundo, se acordaba de ellos, no los dejaba solos, les ayudaba a continuar y ellos firmemente podían decir que a Él le eran fieles.

Sin embargo las respuestas de los chicos solo pareció enfadar aún más a Bloom quien arremetió contra ellos y lacero sus cuerpos a latigazos, podía escucharse el metal pegándose a sus pieles, causando dolores inconcebibles y siendo despedida la sangre de sus cuerpos para luego impactar sobre las paredes y el suelo de cemento.

El látigo se estampaba en sus brazos, se enrollaba en ellos y luego era jalado duramente, rozaba sus caras y las amorataba, en los muslos de sus piernas la sangre chorreaba a borbotones, sus espaldas estaban desgarradas y al caer el látigo en estas el dolor se volvía asfixiante mientras la cuerda se enrollaba a su abdomen para luego ser extraído con fuerza. Sentían sus cuerpos adoloridos, sus ojos hinchados, su boca seca, las lágrimas cayendo por las heridas y mezclándose con la sangre acumulada.

Bloom se reía con sorna, Fierce veía las lágrimas de los chicos y simplemente podía admirar su decisión y valentía, la lealtad que tenían al no negar a su Señor y su fuerza ante la adversidad.

- Bloom ya basta. – demanda Fierce al ver que la chica no tiene intenciones de detenerse y es que el ser mitad androide hacía más difícil que llegara a cansarse -. Bloom detente. – vuelve a decir con voz aún más fuerte.

Los chicos empiezan a cerrar los ojos, sus cuerpos están exhaustos y no soportan más. Bloom no cede, sigue azotándolos sin importar lo que diga Fierce, Arlet y Elian se desmayan, siendo la cadena lo único que los sujeta. Fierce sabe que si no los lleva inmediatamente a la enfermería van a morir, sus cuerpos no podrán soportar más. Morirán.

- ¡Bloom detente ahora mismo! – grita Fierce, su voz retumba en todo el lugar y provoca que la pelirroja se detenga -. Vas a matarlos ante de tiempo. – regaña.

Los suelta rápidamente y sin ayuda de nadie los lleva a ambos a la enfermería, con sus cuerpos cubiertos de sangre y el tiempo que parece acabárseles.


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


1: Himno número 149 del himnario: Himnos y Cánticos del Evangelio.

P E R S E G U I D O SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora