Capítulo 13

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-Por fin -dijo Brad en cuanto llegamos al departamento- Estoy muerto, hasta mañana -se despidió de mi con un abrazo y se dirigió a su habitación.

Nadie más hablo en la sala, era tan incómodo, seguramente Brad hablo con ellos en el deshuesadero y les contó los que hablamos.

-Milla ¿podemos hablar? -me pregunto Trent.

-No, tengo sueño -respondí seca.

-Te espero en el balcón -dijo sin que le importará mi palabra, como siempre- te conviene -alzó las cejas y se le dibujó una sonrisa en el rostro.

Me límite a rodar los ojos -Nick, mañana si me contarás lo que pasa ¿verdad? -pregunte. El asintió y se fue a la cocina no sin antes darme un beso en la mejilla.

-Hasta mañana Milla, descansa -dijo Jack mientras me abrazaba y depositaba un beso en mi frente, como todas las noches.

-Tu igual, te quiero -dije y me dio otro beso mientras se dirigía a la cocina.

-¡Yo más! -grito Jack.

Me dirigí al balcón, ¿Qué? Trent me dijo que me conviene, no es que no quiera desobedecerlo, para nada.

-¿Qué quieres? -pregunte.

-Milla debes ser más amable -dijo mientras cerraba la ventana.

-Trent, estoy cansada -hablé exasperada.

-Ten -sonrió mientras extendía su brazo y abría su puño mostrándome las llaves de su precioso automóvil- te lo mereces.

-No lo quiero -dije seria. Pensé bien las cosas y no lo quiero, es decir, claro que lo quiero pero no a ese precio. David es un chico tierno y bueno que no se merece lo que Trent le quiere hacer, no volví a ser su novia para después dejarlo, descubrí que aún siento algo por el- Pero tu tampoco me pidas que dije a David, estoy con el por que lo quiero no por que me lo ordenaste, hasta mañana -estaba decidida a irme pero Trent hablo.

-Tu no puedes hacer eso -dijo Trent mirándome a los ojos.

-Oh, claro que puedo y lo haré -dije firme.

-Milla no tendrás novio -dijo enojado- eres una niña.

-Tu se lo dijiste a Jack y yo te lo digo a ti, ya tengo 17, también novio y no pienso dejarlo, lo haré cuando quiera no cuando me lo pidas.

-¡Te estoy entregando mi auto! ¿Y así me pagas? -dijo muy molesto.

-No lo necesito, ya me lo habías dicho, sabes que te puedes comprar uno igual o mejor mañana y yo también, a mi tampoco me falta el dinero -dije acercándome a el- Tu sólo quieres tener algo con que obligarme a hacer lo que te convenga, como siempre, como aquella vez en la cafetería, nos ofreciste este departamento para que te ayudáramos a trabajar -dije a centímetros de su rostro, tanto que su respiración choca con la mía.

-¿Trabajar?, ¿Ahora lo llamas así? Milla eres una maldita ladrona ¿y le llamas trabajo a lo que haces? -pregunto recordando aquellas palabras que le dije en la cafetería- No tienes vergüenza.

-¡Yo no quería hacerlo! -chille molesta.

-¡No me grites Milla Kidman! -grito Trent- yo no te puse un arma en la cabeza para que lo hicieras -dijo enojado- lo hiciste por que quisiste, fuiste la primera en decir que te quedabas cuando les dije que podían largarse a otro lugar -dijo negando con la cabeza- deberías agradecerme, si no fuera por mi esa noche hubieras dormido en tu auto, y no sólo eso, tal ves hubieras ido a un orfanato. No eres indispensable Milla, sabes que a mi tampoco me falta nada, es más me sobras tu.

Me límite a mirarlo y arrojar las llaves por el balcón. Tal vez tenía razón en lo que dijo, yo acepte robar y todo lo de más pero lo dijo, dijo que no me necesitaba, que estaba de sobra y eso dolió, me dolió mucho. Cuando iba a abrir la ventana, vi a los chicos que estaban en frente nuestro, nos miraban sorprendidos menos Jack que veía a Trent furioso, estaba rojo y tenía la mandíbula tan apretada que sus dientes se quebrarían en cualquier momento.

-Milla toma tus cosas, nos largamos de aquí -dijo Jack sin despegar la vista de Trent.

¡No te metas con Los Cinco!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora