Capítulo 46

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-Mia se contagió de varicela, no puede salir de la habitación donde esta, el caso es grave y puede contagiar a toda la ciudad -Si, ¡Si! Soy pésima en esto pero estoy bajo presión.

-¿Varicela? -hizo una mueca de horror- que asco, me avisan cuando se le quite, no quiero que me contagie -dijo esto y se fue.

Para mi que está gente abusa de las sustancias prohibidas por la ley.

Entré de nuevo a la casa pero estaba igual, apenas es de mañana, los chicos se despiertan a las ocho, lo que se me hace raro es no ver a Trent, ese nunca duerme.

Opte por ir a mi habitación y escuchar música, un poco de rock por la mañana nunca viene mal.

Estaba por poner Paradise City de Guns N Roses un clásico, hasta que procesé todo. Mia estaba con Paolo, al parecer hoy es el último día del plazo que nos dio y el plan que los chicos tienen no me gusta ni un poco.

-¡Miiiillaaaaa! -escuché a Brad cantando mi nombre al estilo ópera.

-¿Qué pasa? -le pregunté al verlo en mi cama sólo en bóxers, me sentí mal ver la cicatriz que le deje en el abdomen- si te doy en el lado derecho tendrías los puntos en forma de cuadros -contando los balazos de su padre en los hombros y el mío en la esquina del abdomen podría unir los puntos como en un plano cartesiano.

-Cuando quieras -dijo sonriente- Milly, debes estar lista antes de las diez.

-¿Tan temprano? -pregunté extrañada, rara vez trabajamos en el día.

-El italiano así lo pidió y no se tu, pero yo no quiero que le haga daño a Mia.

-No creo que le haga daño, creo que nos hará daño a nosotros -dije sincera- ¿llevaremos las mochilas?

-No, lleváremos unos sacos largos, no podremos llevar demasiado acero, dos pistolas cortas será todo lo que lleváremos -explicó.

-Brad por primera vez tengo miedo en verdad de lo que pueda pasar, no quiero que le pase algo a alguien como la vez que rescatamos a Trent.

-El italiano es un cobarde, no hará nada en contra nuestra llevaremos a su cachorro, no te preocupes -me abrazó.

-No creo que sea buena idea llevar a Aaron, las cosas se pueden poner feas.

-Milla, con nosotros, los chicos más buscados, sádicos y peligrosos de los Estados Unidos las cosas siempre se ponen feas -me miro sobre el hombro, Brad nunca cambia- si intenta algo le cortó el pene y se lo envío a Obama por correo -me guiñó el ojo y se fue.
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-Y Monstruito -Trent nos había nombrado a todos para ver que estuviéramos presentes.

-Aquí -levanté la mano.

-Perfecto todo esta listo -dijo Trent.

-Rubio y ojos grandes ¿Cómo está el audio? -le preguntó a Ari y Mitch.

-Todo de lo que estamos a cargo esta okay -la fiera sonrió y levantó los pulgares.

-Chris ¿Cómo vas con los detalles? -pregunto sonriente.

-Más que listo Trent -sonrió cómplice.

-¿Qué detalles? -pregunté curiosa.

-Es sólo si las cosas se salen de control -me miro fijamente- sabes que a Los Cinco nada se les sale de control.

Si antes dudaba de este plan ahora estoy convencida que las cosas si se pondrán feas, es decir Trent nunca se ve tenso o nervioso antes de hacer algo y hoy lo esta, no deja de pasarse las manos por el cabello.

-Amigo de Milla que se me olvida su nombre y Aaron ¿cuantas armas cortas hay?

-Soy Bart y hay dos, cuatro seis... -empezó a contarlas de dos en dos- hay nueve.

-¿Nueve? -preguntó molesto.

-Si sólo hay nueve -dijo Aaron.

-Deben ser once ¿qué paso? -preguntó calmado, y todos sabemos que cuando las personas hablan calmadas es por que llegara un punto en el que van a explotar- ¡¿Qué coño paso?! -y ahí esta.

-No lo se Trent, fue lo que llegó en el paquete -dijo Aaron a la defensiva.

-Chris ¿aún tienes la pistola que te regalé? -le preguntó desesperado.

-Si está en el cajón donde Nick guarda los condones -dijo serio.

¿Por qué las cosas siempre se encuentran donde están los condones de Nick?

-Ve por ella -le ordeno a Bart- Rubio ¿y el dinero?.

-Aquí -le arrojó una maleta.

-Perfecto -dijo y miro a Aaron- escucha Aaron, quiero que pierdas el miedo, no te pasara nada, es tu padre y jamás se atrevería a hacerte daño -lo miro fijamente y muy cerca- de cualquier forma quiero que tengas esto -se sacó una pistola corta de la parte trasera de su pantalón- úsala sólo si lo crees necesario ¿Esta bien? -Trent ahora tenía las manos en la cara de Aaron y este sólo asentía torpemente.

-¿Tu sólo llevarás un arma? -pregunté.

-Si, no quiero que ninguno de ustedes quede indefenso -me vio y por alguna razón sentí mucho miedo de perderlo.

-Aquí esta -Bart bajo con la pistola de Chris y cada quien tomo las suyas, las cosas quedaron así: dos Jack, dos Brad, dos Nick, una Aaron, dos yo y una Trent.

-Es hora -Dijo y salimos a un lugar desconocido para mi.

Al llegar a una bodega completamente vacía pude ver a lo lejos alrededor de tres camionetas negras por la ventana. El la bodega sólo nos encontrábamos Los Cinco, los demás estaban en la camioneta.

-Monstruito -me llamo Trent.

-¿Si? -pregunté nerviosa.

-Jurame que jamás estarás con otro hombre, pase lo que pase -me tomo de las manos.

-¿Qué? -pregunté extrañada.

-Se que suena egoísta, pero así soy -dijo y sentí el miedo apoderarse de mi- jurame que pase lo que pase, salga quien salga de aquí, tu jamás estarás con nadie más -me quede paralizada dos segundos que parecieron horas- ¡Juralo!

-Lo juro -dije con un hilo de voz.

¡No te metas con Los Cinco!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora