Capítulo 34

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Eran policías, ¡Eran policías y se están llevando a Trent!

-Busca en todos los rincones de este departamento -se escucho una voz. Agradezco infinitamente que mi habitación es la más alejada de la puerta- seguramente esas ratas se encuentran aquí.

Rata su abuela.

-Chicos a la ventana -dijo Aaron.

-¿Estas loco? -pregunte susurrando- nos vamos a matar.

-Chris esta afuera -dijo intentando sonar calmado pero es el más nervioso de todos- le tomamos prestado un helicóptero a papá.

¿Un helicóptero?

Al asomar la cabeza por la ventana no supe que hacer, había dos helicópteros, supongo que uno es de la policía, no, es del FBI ¡FBI!

-¡Aquí! -se escucho la voz de Chris de uno de ellos mientras se ponía a la altura de la ventana y nos lanzaba una escalera de cuerda.

No pregunten cómo pero nos encontrábamos en el helicóptero sin levantar ninguna sospecha, sin que nadie nos viera.

-¿Todos están bien? -preguntó Jack.

-Si -dijimos todos.

-Bien chicos, nos iremos de aquí -hablo Jack- nos vamos a México.

-¿Qué? No abandonaremos a Trent -dije firme.

-Claro que no lo haremos pero dime ¿que haría Trent si estuviera aquí? -pregunto Jack.

-Nos pondría a salvo -respondió Nick.

-Exacto -dijo mi hermano- y no estaremos a salvo aquí, ¿nos vamos por Tijuana? -pregunto.

-Claro que no -dije al recordar el accidente de nuestros padres- no hay que ir a México.

-Milla entiende, es lo más seguro -dijo Brad.

-Pero no por Tijuana -dije no muy convencida. Al menos en México la comida es exquisita según mi madre que iba cada año.

-Bien buscare otras ciudades fronterizas -dijo Nick viendo su teléfono.

-Chicos tengo un plan para sacar a Trent de la cárcel -dijo Jack- es arriesgado pero no hay otra manera.

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Han pasado dos semanas, el plan está listo y hoy será el día que se llevará a cabo, hoy es el día del juicio de Trent y no se cómo pero voy a asistir sin ningún problema.

-Chris tiene la camioneta lista -dijo Nick.

-Bien -dijo Jack, es curioso que la palabra de Trent sea "perfecto" y la de Jack "bien"- Milla debes ser cuidadosa, no debes levantar sospecha alguna y no actúes como si conocieras a Trent, se que será difícil, pero es necesario -se dirigió a mi- te informo que su juicio estará abarrotado de reporteros y camarógrafos.

-Bien, Nick ya nos vamos -anuncie.

Estaba nerviosa, en todo el camino Nick no paraba de repetirme que me calmara, que todo iba a salir bien pero me es imposible y ya estamos en la sala de juicio.

El corazón se me acelero al ver a Trent sentado en un lugar con policías al rededor, esposado, más delgado pero sonriendo cínico, me dolía todo al verlo así.

Después de unas palabras del juez, de abogados y de un receso vinieron preguntas.

-Si ya lo dije una y mil veces -dijo Trent sin quitar su sonrisa burlona- me declaro culpable de todo lo que se me acusa.

-Perteneces al crimen organizado, sabemos que no actuabas sólo -dijo un hombre- ¿Dónde está el resto de Los Cinco?

Trent me miro pero rápidamente apartó la vista de mi para ver al hombre que le hizo la pregunta.

-No se dónde están, seguramente huyeron -se encogió en hombros.

-¿Crees que te dejaran aquí? -pregunto el hombre presionandolo para que hablara.

-Si, son muy inteligentes -dijo viendo al hombre a los ojos- no creo que se atrevan a arriesgarse a tanto -dijo y después cambió el tema- quiero desmentir un rumor que me molesto mucho.

-¿Cuál? -pregunto ahora una mujer que sonaba muy interesada.

-En Los Cinco no hay ninguna mujer -dijo sonriendo- somos puros hombres.

-¿Algo más que desees agregar? -pregunto el mismo hombre.

-Si -dijo recobrando su sonrisa cínica y burlona- no me arrepiento de nada de lo que he hecho, sólo lamento lo del hijo del gobernador fue una confusión, si el cuerpo que encontraron en mi departamento era el.

Se pudo notar como todas las personas presentes se sorprendieron y entristecieron, el hijo del gobernador era un chico joven.

-¡Oh casi lo olvido! -dijo Trent divertido- quiero que agreguen otro crimen a mi lista, aún no lo cometo pero no importa, pasara de todos modos.

-¿Por qué dices eso si sabes que no lo vas a hacer? -pregunto el juez.

-Ay señor juez -dijo negando con la cabeza y riendo a la vez- se me hizo injusta la condena que me impuso, mire que cadena perpetua -dijo fingiendo indignación- yo merezco la muerte -dijo e inmediatamente me tense ¿que pretende este loco? -así que quiero que agreguen su muerte -dijo sonriendo- no se espante no falta mucho para eso.

-Trasladenlo al penal en este momento -ordeno el juez nervioso.

Es hora del plan.

¡No te metas con Los Cinco!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora