Capítulo 26

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-¿Color? -pregunte emocionada.

-Negro -respondió Trent sonriente.

-¿Tamaño?

-Pequeño, por ahora -dijo apagando el motor del auto- sube rápido.

Dijo esto y lo obedecí sin rechistar, al abrir el departamento corrí hasta mi habitación pero no había nada.

-¿Y las llaves? -pregunte a Trent que estaba recargado en el marco de la puerta.

-¿Qué? -pregunto divertido- ven, en mi cuarto está la sorpresa.

Esto es muy extraño, pero no importa tendré un auto para mi sola.

-Aquí esta -dijo entregándome una caja que parecía de zapatos- ábrela -ordeno.

Abrí la caja emocionada y rápidamente se la devolví. Estaba sorprendida, enojada, confundida ¿Jesús por que Trent tiene la capacidad de hacerme sentir como la más grande idiota que ha parido este mundo?

-¡¿Una pistola?! -pregunte alterada- ¡¿Una jodida pistola Trent?!

-Te dije que era necesario que tuvieras una -dijo sonriendo- ¡Debiste ver tu cara! -gritó y reía como una hiena asmática.

-Eres un... -al no encontrar palabras que lo describieran, opte por enviarlo al lugar favorito de las zorras- ¡Vete al pene Roberts! -grite enojada- ¡Al de un africano!

-Ya Milla, ven -dijo tratando de ponerse serio, pero aún seguía riendo- ya no te enojes.

Tenía ganas de borrarle esa estúpida sonrisa de un golpe, uno como los de Chris, pero como tengo brazos tipo cola de perro sólo le mostré el dedo supremo.

-Que vengas -dijo mientras tiraba de mi brazo y me pegaba a su cuerpo. Seguía con la sonrisa que lo caracterizaba pero que detesto en este preciso momento.

-Sueltame o te ganarás una patada en las...

-Shh -me calló poniendo su dedo índice en mis labios. Por alguna razón ya no sonreía, más bien me miraba con tanta atención que incomodaba ¿Qué? Trent es muy atractivo y puede llegar a poner nerviosa a cualquiera, además la cercanía no ayuda en nada- yo te enseñare a usarla -dijo viéndome directo a los ojos.

-No quiero aprender -dije firme- ahora sueltame -dije e inmediatamente quitó su mano de mi espalda y se la paso por el cabello dos veces.

-Espera -me detuvo cuando me encontraba en el pasillo- esto es para ti -dijo mostrándome unas llaves -tu auto esta abajo -dijo sonriendo con los labios sellados.

-¡Te odio! -grite emocionada- gracias de verdad -dije y lo abracé.

-Ahora corre a ver tu auto -ordeno Trent.

No lo puedo creer, esta hermoso, es perfecto pero ¿Cómo le hizo para que el auto llegar aquí, si cuando llegamos no había nada?

-¿Te gusta? -pregunto Trent a mis espaldas.

-Si, es perfecto -dije- Sube a mi auto, te llevare a dar un paseo -ordene y Trent obedeció.

-Espera, tu lo sabes manejar -dijo cuando estábamos en el auto.

-Claro que se, me enseño Bart, por eso me viste entregándole dinero dos veces, le di dos golpes a su auto y le pague la reparación, además también le daba dinero por las clases y eso -aclare ya que Trent se hizo ideas en la cabeza.

-Oh, creí que le pagaste sus servicios sexuales -dijo riendo.

-Baboso -le di un golpe en la cabeza- ahora si, sujétate fuerte -advertí antes de arrancar el auto hacia nuestro restaurante favorito de comida china.

-Wow Milla, ese chico te enseño bien -dijo Trent comiendo un trozo de pollo- pero yo lo hubiera hecho mejor -dijo con arrogancia.

-Si ya sabes, el dinero mueve al mundo -dije encogiendome en hombros.

-Eso lo se mejor que nadie -dijo

Estábamos comiendo tranquilamente hasta que Trent recibió una llamada.

-Si, llego en cinco -dijo y colgó- Lo siento Milla, pero Chris quiere hablar conmigo.

-Te acompaño -dije poniéndome de pie.

-No es necesario, además no quiero que los tipos con los que hablare te conozcan, nos vemos -dijo esto y salió del restaurante.

-Cuídate -dije para mi misma ya que estaba sola.

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Toda la tarde me la pase con Bart jugando FIFA 15, soy un verdadero asco jugando pero jamás lo admitiré en público.

Al llegar al departamento me encontré con la escena más horrible que he visto en mi vida.

-¡Milla no! -grito Jack pero ya era tarde, los vi.

Es ahí donde me di cuenta en realidad que ya nada sería igual, por que los chicos ya no lo eran y yo no le tome importancia, es el momento en el que me doy cuenta que estoy viviendo con unos asesinos.

¡No te metas con Los Cinco!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora