𝓑𝓮 𝓜𝔂 𝓐𝓵𝓹𝓱𝓪 - 𝓴𝓲𝓶𝓮𝓽𝓼𝓾 𝓷𝓸 𝔂𝓪𝓲𝓫𝓪

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Nota: advierto que mi versión de Daki/Ume podría ser un poco desagradable para muchos. No tengo nada en contra de ella, sólo tuve que exagerar algunos rasgos de su personalidad para la historia.

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Al poco tiempo se le confirmó la muerte tanto de su mujer como de su primogénito, las causas de muerte fueron anemia y desnutrición respectivamente.
Ese mismo día abandonó a su "hija" en un orfanato y se quedó con todo el dinero que la difunta mujer había dejado a su nombre, de nuevo había regresado a ser el demonio indiferente que solía ser, mientras se apuntaba otro fracaso en su intento por engendrar un hijo, parecía confirmar su teoría de que los demonios no podían tener hijos.

— es el fracaso número cien, una mujer beta, aún rodeada de los mejores doctores, no es apta para llevar un embarazo — puso en sus apuntes.

Creyó firmemente en esa teoría, cualquiera que se atreva a gestar al hijo de un demonio moriría, llevaba cien fracasos que lo comprobaban.
Estaba plenamente consciente de que sus lunas superiores estaban conformadas por alfas y omegas, no podía controlar la naturaleza de ellos así como tampoco podía evitar que tuvieran relaciones entre ellos, pero sí podía evitar que sus lunas se sacrifiquen de forma innecesaria, es por eso que constantemente les mentía y amenazaba con la intención de "proteger" a sus preciadas lunas superiores.

— nosotros los demonios somos todos estériles, pero si alguno de ustedes, los que son omegas especialmente, si llegan a engendrar un hijo deben abortarlo lo más pronto posible, tan sólo conseguirán acortar su infinita esperanza de vida en el intento por llevar el embarazo a termino ¿Queda comprendido? Les prohíbo relacionarse entre ustedes — expresó Muzan, ahora portando su apariencia femenina.

Todos los presentes se miraron dudosos de las palabras de la persona frente a ellos, pero sólo uno se atrevió a cuestionar.

— pero nosotros tenemos vida eterna, sería imposible que algunos de nosotros como omegas perdamos la vida mi querido señor, lo único que puede matarnos es el sol o un corte en el cuello con una espada especial — expresó Douma quién no dejaba de sonreír mientras agitaba su abanico dorado.

Por obvias razones esas palabras no gustaron nada a Muzan y se lo hizo saber con una expresión de desagrado, que hizo temblar incluso al mismo Kokushibo.

— ¿Te atreves a cuestionar mis palabras? Parece que olvidas que yo nunca me equivoco, mis órdenes son incuestionables y todo lo que digo es una verdad absoluta — explicó Muzan con desagrado, quien sólo por aquella ocasión no lo castigaría.

— no mi señor, pero dígame ¿No va a castigarme? — preguntó Douma, quien ya estaba esperando un castigo pero vió como su señor se había contenido.

— retirense todos de mi vista, sin excepción — dijo sin más y al mismo tiempo todas las lunas superiores se retiraron.

Finalmente todos eran libres de retirarse, ninguno se atrevió a cuestionar nada de lo que él dijo, aunque existía la posibilidad de que todo fuera mentira realmente ninguna de las doce lunas quería tomar riesgos innecesarios.

Pero solamente una luna superior estaba inconforme.

— ¡No lo puedo creer! ¡Estúpido, estúpido, estúpido! ¡Es injusto! — gritó una Daki completamente histérica, mientras golpeaba a su pobre hermano mayor.

Gyutaro estaba habituado al temperamento de su hermana, por lo que ya esperaba una reacción así después de la reunión con ese hombre; mientras su hermana desquitaba toda su ira en su contra, él tan sólo la miraba con calma a la espera de que se aburra o se le olvide, lo que primero caiga.

— ¡No puedo creerlo! ¿¡Eso significa que soy una omega estéril!? ¡No...! — chilló la sexta luna.

— eres sólo una niña hermana, no entiendo tu drama — dijo en respuesta Gyutaro quien tan sólo le restaba importancia al berrinche de su hermana.

— ¿Acaso eres tonto hermano? Mi mayor sueño era darle un hijo a mi querido señor... ¡Pero éste decreto entorpece todos mis sueños! ¡Haz algo inmediatamente! — chilló con lágrimas en sus ojos la chica de cabellos platinados.

— insisto en que eres solamente una niña ¡NI-ÑA! ¿Qué parte es la que no te queda clara? ¿Y qué puedo hacer yo? Es nuestra palabra contra la de él — dijo furioso la también sexta luna.

— ¡Ya no soy una niña! ¡Mi cuerpo es del una niña pero yo ya no lo soy más! Maldita sea ya tengo más de quinientos años ¡Eso me hace prácticamente una mujer adulta y más que eso! —  protestó Daki todavía más enojada que antes.

— ¡Agh, esto es un cuento de nunca acabar! — Gyutaro ya completamente fastidiado de los gritos y golpes de su hermana, decidió retirarse en dirección al distrito rojo.

— ¡Oye ven acá, no hemos terminado! — chilló Daki y corrió detrás de su hermano mayor.