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La pelea se desencadenó, Tokitou y Genya hicieron su mayor esfuerzo, pero ni siquiera trabajando en conjunto lograban hacerle daño alguno.
Muzan por su parte decidió no perder el tiempo observando la pelea, ya estaba decidido quien ganaría de todos modos, y continuó su camino.
Si habían enviado a muchos cazador a la vez y a un pilar eso quería decir que estaban por buen camino, lo único que le extrañaba era que la segunda luna no los acompañara, sus habilidades habrían sido de mucha utilidad, pero intuyó que simplemente lo mataron también, de todos modos para Muzan no era una perdida tan grande porque no le agradaba en lo absoluto.
La sexta luna se quedó en la fortaleza, mientras él y Nakime cuidaran de la fortaleza tampoco tenía nada de qué preocuparse, ellos eran fuertes.

Una vez que llegue a la sede haría hablar a Ubuyashiki, le obligaría a confesar dónde estaban esa demonio y Akaza, todo estaba perfectamente planeado.

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Por otro lado Hakuji estaba teniendo una pesadilla, había pasado unos cuantos meses desde la última vez que tuve una pesadilla, pero hoy la sintió tan vivida.
La pesadilla era exactamente igual a la que tuvo hace unos meses, con la única diferencia que ahora el bebé que cargaba, además de ser inmensamente pesado, ahora la manta estaba roja y empapada en sangre, además de que pudo sentir como era devorado por Muzan.

Después de eso despertó, le tomó un rato poder tranquilizarse y entender que estaba en la finca de Rengoku, su bebé aún seguía a salvo dentro suyo y Muzan no estaba por ningún lado.

todo fue un sueño... — dijo con gran alivio.

Su bebé se movía con mucho, incluso sus patadas se sentían muy dolorosas, Hakuji entendió que debía calmarse y dejar de pensar en Muzan o terminaría adelantando el parto por el estrés.
Acarició su vientre y volvió a recostarme, el bebé pronto dejó de patear y tan sólo se limitaba a moverse de vez en cuando, pero no parecían movimientos bruscos.
Volvió a acomodarse para poder dormir, pero en ese mismo instante escuchó un golpeteo insistente en su ventana, Hakuji no podía ignorar esos golpes, podría ser el cuervo molesto de Kyojuro que seguramente vino a recordarle que tenía que alimentarse bien otra vez.

Al abrir la ventana se encontró con la sorpresa de que se trataba de Douma, dió por sentado que vino a recordarle una vez más la advertencia que había olvidado.

¿Douma? Si viniste a recordarme sobre... — Hakuji se dió cuenta que lo estaba mirando directamente.

oh, no tienes nada de que temer Akaza-dono, yo ya no tengo relación alguna con él, he decidido traicionarlo y con la ayuda de esa mujer llamada Tamayo fue que rompí mi conexión con él — explicó Douma, quien ya no llevaba los kanjis en sus ojos tando a entender que había desertado.

dijiste que no lo ibas a traicionar ¿Qué te hizo cambiar de opinión? — preguntó el azabache un poco confundido.

simplemente ya no me convenía quedarme a su lado, además vivir mi eterna existencia sin tener nada que deberle a nadie me agrada más. Pero seguiré manejando mi culto, a eso es a lo único que no pienso renunciar — respondió Douma sin ocultar su felicidad y alivio.

Así era, prefirió traicionar a Muzan que hundirse con él, sin embargo eligió no pelear y sólo observar como un espectador. Pero aunque ya no estaba vinculado con Muzan eso no quería decir que buscaría con desesperación volver a ser humano, pues la vida cómoda y ser venerado como un Dios era lo que más le gustaba.

aunque no sólo vine a contarte esas novedades, también vine a avisarte. Muzan ya sabe dónde está la sede, seguramente en estos momentos está planeando usar el factor sopresa como ataque, si yo fuera tú empacaría mis cosas y tomaría el siguiente tren a la ciudad más cercana — explicó Douma, mientras extendía su abanico dorado.

Hakuji palideció al escuchar aquello, Kyojuro aún estaba en una misión y hasta ahora él no ha mandado a su cuervo para informar como estaba, tan sólo lo enviaba para recordarle que tenía que descansar y no excederse.

¿Ahora dónde está exactamente? — preguntó desesperado.

la última vez que supe de Muzan estaba de camino a la sede, Kokushibo lo acompaña, el niño Kaigaku y Nakime permanecen vigilando la fortaleza — explicó el rubio.

Kyojuro regresa hoy mismo ¡Tengo que hacer algo! — dijo nervioso y asustado.

Kyojuro tenía la costumbre de ir primero a la sede antes de regresar a casa, algo tenía que hacer para advertirle del inminentemente peligro que se avecina.

Douma, insisto, aún estás a tiempo de poder convertirte en humano — Dijo el azabache.

Sin embargo Douma sólo rió y otra vez se negó ante su propuesta.

te lo dije ¿No? No quiero volverme humano y renunciar a todas las comodidades y lujos que tengo, pero veo que has tomado una decisión, me temo que no nos podremos volver a ver más — Douma sonrió — con suerte y nos podremos cruzar en la otra vida, seguro sabré que decirte cuando te vea — y antes de irse Douma le hizo entrega de un obsequio.

Hakuji miró el objeto en sus manos, se trataba de un pequeño loto de cristal azul, antes de poder preguntar sobre porque le estaba dando algo que se veía muy costoso Douma ya se había ido, entonces comprendió que está fue la despedida.
Cerró la ventana y se acercó a un mueble donde guardó el loto en uno de los cajones, exactamente en un compartimento secreto. Ahora no quería dormir, tenía que avisarle a Kyojuro de alguna manera ¿Pero cómo? No tenía forma de hablar con él, ni siquiera saber si ya estaba por llegar a la sede.

Para empeorar las cosas, de pronto sintió una pequeña punzada en el vientre.

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Kyojuro por su parte recién terminaba de regresar a una misión, notó que estaba haciendo un buen tiempo así que tomó el atajo que siempre tomaba para llegar al tiempo, pero a medio camino encontró algo que lo dejó sin palabras.
Había muchos cuerpos de cazadores en el suelo, muchos de ellos apenas y eran Mizumoto y otros eran cazadores con más experiencia, absolutamente nadie estaba con vida. Pero lo que más le impactó fue ver a sus dos compañeros, Sanemi y Gyomei, con varias lesiones en el cuerpo y recién terminando una pelea, y cerca de ellos un cuerpo que reconoció perfectamente por el color azul turquesa en las puntas de su cabello. Sanemi por su parte lloraba amargamente mientras abrazaba una prenda que reconoció, la misma ropa que llevaba su hermano cuando lo conoció.

Kyojuro comprendió lo que había sucedido, un pilar había caído y también... el hermano menor de Sanemi.

𝓑𝓮 𝓜𝔂 𝓐𝓵𝓹𝓱𝓪 - 𝓴𝓲𝓶𝓮𝓽𝓼𝓾 𝓷𝓸 𝔂𝓪𝓲𝓫𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora