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- t-tus ojos... - Kyojuro trato de salir de su shock señaló el rostro de Hakuji.

Hakuji se incorporó poco a poco y caminó hacia un espejo, puso sus manos contra el cristal y miró perplejo lo que había en sus ojos dorados. Estos estaban tachados, como una especie de hilos que se cruzaban entre sí formando una tacha, él bien sabía lo que significaba.

- Kibutsuji... él... ¡Él me reemplazo! Ya no soy un miembro oficial de las doce de lunas - dijo al tocar su propio rostro.

- ¿Cómo puedes estar tan seguro? - preguntó al acercarse a él con la intención de revisarlo más de cerca.

- ¡La prueba está en mis ojos! Es lo mismo que le ocurrió a una luna inferior, Kibutsuji simplemente lo desechó sin más - ya no quería seguir mirando, así que tomó su forma de humano para ya no tener que ver esto.

- ¿El bebé está bien? - preguntó al acercarse y tocar el vientre de la ahora ex luna demoníaca.

- él está bien, tal vez sólo lo asusté - suspiró puso sus manos sobre las de Kyojuro.

Ya no era una luna demoníaca pero seguía siendo un demonio, uno que daría a luz a un humano y ahora tenía vagos recuerdos de su pasado, y muy apenas había aceptado la idea de que era un omega. Y ahora no sólo tenía que velar por su propia vida, también la vida de este bebé estaba corriendo peligro por el simple hecho de existir.
Kyojuro notó lo asustado que estaba, no podía culparlo, a pesar de que ser un demonio y que hace no mucho ambos eran rivales, ahora Hakuji estaba pasando por un momento sumamente vulnerable, y es por eso que como su alfa era su deber proteger a su omega y procurar el bienestar de su cachorro.

- Hakuji, mírame - el pilar rodeó con sus brazos la cintura del ahora azabache.

Al sentir el aroma de su alfa y tenerlo tan de cerca no pudo evitar sonrojarse, esa mirada tan decidida y apasionada de la que se había enamorado, sus manos eran fuertes y dignas de un espadachín, se sentía afortunado de tenerlo su lado.

- mientras yo viva no dejaré que Kibutsuji te ponga una mano encima a ti o a nuestro cachorro ¿Comprendes? - él acercó su rostro contra el de Hakuji, y ambos unieron sus frentes.

No sabía si era producto de las hormonas o el momento era tan conmovedor, pero de sólo escuchar sus palabras sintió tanta calidez en su pecho que esos lágrimas comenzaron a caer, Kyojuro se apresuró a secarlas con la manga de su kimono y dejó un pequeño beso en su frente.

- Kyojuro... - en medio de su llanto, Hakuji abrazó al pilar hundiendo su cara contra su cuello y perderse en la fresca fragancia de su alfa.

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- hace mucho que no visitamos a Rengoku-san y Senjuro-kun ¿Crees que debimos avisar que vendríamos? - habló un joven cazador de aretes de hanafuda.

En respuesta escuchó un pequeño golpecito proveniente de la caja de madera que sostenía sus espaldas, Tanjiro sonrió y comprendió lo que su hermana intentaba decir.

- tienes razón, no sería una sorpresa si avisamos nuestra llegada - respondió el menor mientras se acercaba cada vez más hacia la finca.

Tanjiro comenzó a pensar en la última misión en la que ambos coincidieron, recordó que él había prometido tomarlo como pupilo junto a sus dos amigos, pero debido a que ambos cazadores se vieron llenos de misiones por realizar es que no había tenido la oportunidad de hablar bien con el pilar, sin embargo la propuesta continuaba en pie.

- Rengoku-san dijo que soy bienvenido cuando quisiera, así que si vamos de imprevisto probablemente no haya ningún problema - continuó hablando el joven cazador - Nezuko, recuerda comportarte y ser amable - dijo el menor al estar ya a unos pasos de llegar.

Pero al pisar un pie en la propiedad el menor paró en seco, sintió algo extraño en el aire, y no era precisamente el olor de las flores de cerezo; Tanjiro percibió que en toda la finca había un aroma que le resultaba extrañamente familiar, era como canela y cerezas, sabía que no podía pertenecer a Senjuro, Kyojuro o Shinjuro, ya que los tres eran alfas y ninguno poseía un aroma tan dulce como éste, además también existía el olor a demonio predominando por todos lados.

Tanjiro sacó su espada, había mucho silencio y ninguno de los Rengoku estaba alrededor, olía como ese...

- ¡No puede ser! - gritó enojado al reconocer a quien pertenecía ese aroma tan empalagoso.

El menor se apresuró a entrar, como temía la puerta estaba abierta, así que entró sin problemas y notó que el aroma a demonio se volviá más y más intenso.

"no cabe duda que hay un demonio escondido por aquí."

Pensaba el menor y caminó hacia un pasillo donde el aroma a demonio se volvía más intenso, y entonces llegó a una habitación que estaba abierta de par en par, Tanjiro se aseguró de caminar con cautela para no llamar la atención, ese demonios que se atrevió a atacarlos en la misión del tren infinito estaba aquí, entonces se asomó con cuidado y miró que se trataba de Kyojuro abrazando a un chico joven, se veía como un humano común, pero él desprendía un fuerte aroma a demonio.

- ¡Rengoku-san, alejese rápido! - gritó el menor irrumpiendo en la habitación.

- joven Kamado - miró sorprendido al menor, pues no se esperaba su visita.

- ¡Ese niño insufrible! - Hakuji miró con recelo al recién llegado.

- ¡Por favor, no se deje engañar! ¡Ese hombre de ahí no es un humano! - gritó Tanjiro amenazando con su espada.

- Kamado por favor, tranquilízate - pidió el pilar sin apartarse de él.

- ¿¡Qué haces aquí maldito niño frentón!? ¡Vete de una maldita vez! - gritó Hakuji saliendo de atrás de la protección de Kyojuro para encarar al menor.

Entonces Tanjiro se dió cuenta que el chico aparentemente estaba embarazado, bajó lentamente su espada pero no dejaba de vigilar los movimientos del chico.

- ¡Cálmense los dos! - ordenó el pilar - joven Kamado, esto tiene una explicación - dijo el rubio.

Tanjiro guardó su espalda y arqueó una ceja, no estaba seguro de lo que estaba ocurriendo pero necesitaba una explicación y rápido.

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Nota: lo que le sucedió a Akaza fue inspirado en el caso de Kyogai (ya saben, el demonio grandote de los tambores) honestamente no sé cómo sucedieron exactamente los hechos, así que sólo me puse a inventar.

𝓑𝓮 𝓜𝔂 𝓐𝓵𝓹𝓱𝓪 - 𝓴𝓲𝓶𝓮𝓽𝓼𝓾 𝓷𝓸 𝔂𝓪𝓲𝓫𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora