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“Hakuji-san detente por favor.”

Ahí estaba otra vez la voz de esa mujer, ahora le escuchó con más claridad, era suave y melodiosa y sonaba tan triste. Al escuchar su voz él volvió a la realidad y soltó el brazo, no podía creer lo que estaba apunto de hacer y de no ser por la voz de esa mujer probablemente hubiera hecho algo realmente estúpido.
Nuevamente las náuseas aparecieron al contemplar otra vez el cadáver, pero ahora ya no lo contemplaba como algo comestible sino como algo repugnante; se incorporó y notó que ahora todo estaba en negro, no había árboles, el césped bajo sus pies ya no estaba y tampoco escuchaba el estruendoso sonido de los fuegos artificiales, era como si todos alrededor hubiera desaparecido en un abrir y cerrar de ojos. Se giro y no toda una chica parada frente a él, ella llevaba un kimono rosado con puntos blancos, sus ojos eran rosados y su expresión era triste melancólica.

¿Quién eres tú? — preguntó asustada y confundido.

Su rostro le parecía tan familiar y a la vez tan extraño, verla llorar le producía una sensación de dolor y una presión en el pecho que le impedía respirar. Ella sonrío dulcemente pero no dijo nada, sus lágrimas no dejaban de salir de sus rosados ojos, Hakuji sentía que esta mujer era importante para él, en ti en lo más profundo de su alma que tenía que recordarla a toda costa.
Hizo su mayor esfuerzo buscando en sus memorias algún indicio que le dijera quién es esta mujer, sin embargo todos sus recuerdos eran suprimidos por una parte de su subconsciente que no quería desaparecer y se negaba a dejarlo recordar.

“no cedas, esto no es lo que tú quieres ¿Ya se te olvidó lo bien que se sentía aplastar a los débiles? ¿Lo orgulloso que te sentías de tu propia fuerza? ¿Acaso no quieres volver a sentir eso?”

intenta recordar, tú puedes — dijo la chica mientras observaba como Hakuji peleaba contra sus propios demonios internos.

Él hizo otro intento por recordar y entonces las memorias llegaron a su mente, recordó las veces que tuvo que hacer de enfermera para su padre cuando esté se encontraba postrado en una cama, cuando recibió la terrible noticia de que su padre se había suicidado y también la recordó a ella.

¿Ko-Koyuki? — preguntó en voz alta.

Ella asintió y sonrío, sus lágrimas se detuvieron dando paso a una sonrisa de felicidad, entonces Koyuki se acercó a él y toma su rostro entre sus manos.

¿Y ahora tú eres realmente Hakuji-san? ¿El Hakuji-san que yo conozco? — preguntó la chica.

“no sirve de nada, estás orgulloso de tu propia fuerza y de lo que eres ahora. No recuerdes, no vale la pena.”

Decía otra vez esa vocecita en su cabeza, pero ya no valía la pena escucharla, así que simplemente la ignoró.
Ahora había recordado todo, la razón de porqué era un demonio, la tristeza y la impotencia que sintió cuando tuvo su cuerpo sin vida entre sus brazos, absolutamente todo lo había recordado, y entonces él la tomo entre sus brazos, sus lágrimas comenzaron a caer y con gran tristeza rompió en llanto.

¡Perdóname, perdóname por todo lo que he hecho hasta ahora! ¡Jamás fue mi intención olvidarte— dijo entre sollozos — lamento haber sido un inútil, yo debí protegerte... pero te fallé... — el dolor que una vez había olvidado ahora regreso con la misma intensidad de antes.

Koyuki sólo sonrío mientras escuchaba a Hakuji sollozar en su hombro, ella acarició su cabello y con una voz tranquila respondió.

𝓑𝓮 𝓜𝔂 𝓐𝓵𝓹𝓱𝓪 - 𝓴𝓲𝓶𝓮𝓽𝓼𝓾 𝓷𝓸 𝔂𝓪𝓲𝓫𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora