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Aún recordaba una impactante revelación que descubrió en su camino por buscar un heredero.

Flashback

El nombre de este demonio no era importante, ni siquiera tenía un rango así que no valía la pena recordar un nombre o una cara.

Este demonio era también un omega, un chico para ser más específicos; una noche salió en busca de ese demonio al darse cuenta que ya no era capaz de escuchar sus pensamientos, lo cual le parecía raro ya que tenía un perfecto control sobre cada uno de sus demonios, y que no sea capaz de escuchar a uno era un motivo de alarma para Muzan.

Pero tal fue su sorpresa cuando llegó al último lugar que había visto en sus pensamientos, no sólo lo encontró sino que lo encontró envuelto en una escena caótica.

Ma-maestro, puedo explicarlo — dijo ese demonio con desesperación.

El chico estaba sentado sobre un gran charco de sangre, en sus brazos un bebé cubierto de sangre y aún con su cordón umbilical que lloraba desconsolado, mientras el chico sostenía al bebé y sus ropas estaban rasgadas.

ese niño ¿Es tuyo? — el rostro de Muzan se ensombreció.

sí, me temo que sí — respondió el chico bajando la mirada.

Fuiste capaz de llevar el embarazo a termino y sin dificultades, mientras yo llevo casi cien años buscando una manera de conseguir un heredero sin éxito — las manos del demonio mayor temblaron y apretó los dientes de rabia.

No, no podía dejar que un ser inferior consiga tan fácilmente algo que él anhelaba con toda el alma mientras él tenía que soportar una eternidad viendo a sus múltiples parejas morir en el intento de darle lo único que deseaba. Era inaceptable, Kibutsuji no iba a dejar a ese subordinado salirse con la suya, tenía que pagar con su vida tal traición.

lo lamento mucho maestro ¡Le juro que no volverá a suceder, por favor deme otra oportunidad! — suplicó entre lágrimas el demonio menor al ver ya muy cerca su inminentemente fin.

Pero Muzan no lo escuchó y con nada de dificultad aplastó ese demonio junto al niño, en pocos minutos los absorbió a ambos y entonces comprendió todo, los demonios a su mando serían capaces de tener hijos sin ninguna dificultad, mientras él que era un ser casi rozando la perfección era incapaz de hacer que un omega o un beta consiguiera darle un hijo, incluso lo había intentado con otros demonios y humanos, todos ellos fuertes y en buenas condiciones, pero ninguno fue capaz de concederle su deseo.
No podía dejar que seres inferiores como ellos consigan lo que deseaba con tantas ansias.

si yo no puedo entonces nadie podrá — dijo para si mismo.

Por esa razón es que había decidido decir todas esas cosas, no le importaba si le creían o no, de todos modos ellos sabían que sus palabras eran una verdad absoluta y sus órdenes incuestionables.

Unas semanas después de ese incidente ocurrió la inevitable tragedia, la mujer número cien murió dando a luz y su hijo falleció de igual manera. Después de eso mandó a llamar a sus doce lunas superiores, al verlos a todos reunidos sintió un gran desprecio hacia ellos, todo porque si sus lunas deseaban podrían obtener con facilidad lo que a él tanto le había costado.

—  nosotros los demonios somos todos estériles — comenzó a hablar.

“No es suficiente, necesito hacer algo más.”

Aunque lo dijera sabía que siempre existía la posibilidad de que alguno de sus subordinados se confíe y haga caso omiso, es por eso que decidió recurrir al miedo a la muerte que todos ellos sentían.

pero si alguno de ustedes omegas concibe sus vidas se verán acortadas, morirán al intentar traer al mundo a ese bebé — explicó de forma frívola.

Los alfas no le preocupaban, también era un alfa y paso más de cien años buscando un heredero, sabía que si alguno de ellos intentaba relacionarse con alguien más los cuerpos de sus parejas no resistirían y morirían, de la misma manera que sus intentos fallidos también lo hicieron. Además sus alfas sabían controlarse, los omegas eran con quiénes se tenía que tener especial cuidado.

Fin del flashback

Hace mucho que no veía a su luna superior favorita, desde hace cuatro meses que no tenía novedades de la única misión que le había encomendado, se preguntaba si acaso seguía con su tarea o es que le estaba ocultando algo.

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ya pasaron cuatro meses Akaza-dono, la cosa dentro de tí ya es suficientemente grande como para acabar con ella — sugirió la segunda luna.

Habían pasado ya cuatro meses desde que Akaza había decidido esconderse en el culto de Douma, quien hasta ahora no había dicho una sola palabra pero sí presenciaba como poco a poco su compañero se debilitaba por causa del bebé.

en otro momento — fue lo único que contestó, mientras descansaba sobre un futón.

Para un omega pasar un embarazo sin su alfa era lo más difícil, Akaza aún recordaba con claridad el aroma de Kyojuro, en realidad nunca lo había olvidado aunque dió su palabra de olvidarlo.
No había momento en el que su mente volvía a revivir el recuerdo de esa noche, no quería admitirlo pero incluso desde su primera pelea sintió una fuerte conexión hacia Kyojuro, pero para su desgracia parecía que sólo él la sentía.
Jamás iba a olvidar la sensación de ser mordido por él, la pasión desbordada con la que ambos se entregaban y ahora esperaba al fruto de esa pasión aún sabiendo lo que sucedería.

Akaza-dono, estás muy débil, necesitas alimentarte de carne, te has estado alimentando de comida humana, te volverás débil — advirtió la segunda luna.

yo no mato mujeres ni niños, no pienso matarlo — dijo como justificación.

yo puedo hacerlo por tí Akaza-kun, será rápido e indoloro, ni tú ni ese niño sufrirá — propuso como medida desesperada.

Pero Akaza pronto dejó salir su instinto materno y miró de forma amenazante a su compañero, estaba claro que no quería deshacerse de ese bebé.

¡No me voy a deshacer de esté niño! ¡Soy una luna superior, soy más fuerte que todos ustedes y voy a demostrarlo dando a luz a este bebé — dijo con determinado y orgulloso de su propia fuerza.

Y además este será el único recuerdo que tenga de él.”

A su mente llegó la imagen de Kyojuro y sintió una gran tristeza.

𝓑𝓮 𝓜𝔂 𝓐𝓵𝓹𝓱𝓪 - 𝓴𝓲𝓶𝓮𝓽𝓼𝓾 𝓷𝓸 𝔂𝓪𝓲𝓫𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora