📚Capítulo 13📚

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Jardel

Me acomodo mejor en el asiento y espero la llegada de mis amigos. Se suponía que debían estar aquí hace media hora, pero como siempre, la puntualidad no es una de sus virtudes.

Paseo mi vista alrededor del bar y lo escruto con la mirada. Las paredes están fortalecidas con madera y pintadas de color caoba, las personas que vienen aquí me recuerdan a esas películas de los ochenta, pero pese a ello, se siente una nostalgia.

Recuerdo que descubrí este lugar porque la madre de Austin me trajo, ¿quién lo diría? A la señora le gustaban este tipo de lugares.

Aunque esté vieja, no significa que no disfrute pasar una tarde aquí y al junto de una música clásica de fondo dijo ella con una gran sonrisa mientras me mostraba el bar.

¿Viene sola para disfrutar de esto? —le pregunté.

No, para nada. Mi marido siempre me acompaña. Es nuestra forma de volver a sentirnos jóvenes. Se carcajea y yo la acompaño.

Y aunque ella venía aquí para sentirse como tal, su alma siempre fue la de una gran joven en busca de enseñar a otros de acuerdo a sus experiencias. Por eso siempre nos daba charla como si fuéramos niños de primaria.

Pero no me quejaba, al ser ella lo más cercano a una madre pude aprovechar sus exquisitas anécdotas.

La campana del local resuena e indica que alguien ha entrado. Me giro hacia la puerta y efectivamente mis amigos han llegado.

Por alguna extraña razón Austin y Liam están vestidos iguales, un pantalón Jean oscuro se cierne sobre ellos y una camiseta roja cubre sus pectorales.

¿Y ahora qué se traen estos?

—¿Íbamos a cantar y yo no lo sabía? —Es lo primero que les digo cuando se acercan. Ellos niegan con la cabeza, divertidos.

—¿Acaso te has olvidado de qué día es hoy? —dice Liam.

¿Hoy?

—Que yo sepa no cumplo años, y de ser así, ustedes no tendrían por qué vestirse iguales. —Ambos me miran como si hubiese cometido el peor delito de mi vida.

—Escúchanos bien, pedazo de idiota —interviene Austin—. Hoy es...

—El día que hemos bautizado... —le sigue el pelirrojo y los escucho atento.

—Y denominado...

—Como el comienzo de una amistad irrompible...

—Bajo el nombre de los...

—Triple R —decimos al unísono.

—¿No se suponía que no te acordabas? —Me cuestiona Austin, con los brazos cruzados.

—Es imposible no recordarlo cuando ustedes mencionaron la palabra amistad —sonrío inocentemente—. Lo siento, chicos.

—No pasa nada, ya quisiera yo olvidar también algo —confiesa mi otro colega.

—¿De qué estás hablando, Liam? —Mis amigos terminan de sentarse y espero paciente la respuesta del pelirrojo.

—La madre de Janet ha vuelto. —Abro mi boca sorprendido—. Y quiere que vaya con ella a visitar a su hija. Le da miedo ir sola, según ella.

—¿Pero y qué le pasa a esa vieja? —digo, irritado—. ¿Acaso se le ha olvidado cómo terminó todo la última...? —Austin me mira con mala cara y decido callarme al instante.

Tan solo una sonrisa ✅ [TST. Libro #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora