📚Capítulo 19📚

30 5 10
                                    

Jardel

Me paso la mano por la cabeza y suelto un fuerte suspiro. Aflojo un poco mi corbata y me levanto para comenzar a caminar en círculos.

Siento unas leves punzadas en mi sien y me es imposible ignorar el pensamiento que ocupa toda mi mente.

No tenía ni idea de que el amor era tan complicado. En especial ella, creí que estábamos avanzando y al parecer hemos dado diez pasos hacia atrás.

¿Por qué no solo decía que sí y ya? ¿Qué tan difícil era acceder?

—¿Por qué no dejas de dar vueltas, Jar? Me estás mareando.

—No molestes, Austin. Tú estabas peor cuando Vanessa un día se portaba linda y al otro día era una ogra —digo, para finalmente volver a sentarme.

—Pero era diferente.

Dejo salir una carcajada como si me hubiese contado el chiste del año. Vaya, que tremenda ridiculez.

—Es exactamente igual.

—Ya basta, dejen de hablar de chicas, amoríos y toda esa mierda.

El rubio y yo guardamos silencio al escuchar a Liam. No me había percatado de que ya había llegado, quedamos en reunirnos en la casa de Austin para hablar, pero yo había llegado primero.

>>Estoy harto de escucharte hablar de Lucía como si ella fuese tu jodido oxígeno. La estás espantando, no la dejas respirar por querer que ella salga contigo y se lo anuncie al pueblo, deja tu impulsividad, Jardel, hasta a mí me agobia. Si de verdad te importa dale el tiempo que necesita. —Apenas respiro por la rudeza de sus palabras. Quisiera decir que no tiene razón, pero solo puedo agachar la cabeza y asentir. No tengo con qué refutarle.

El pelirrojo camina hasta la cocina y se busca una soda, se da un largo trago y es ahí donde apenas me fijo en como luce.

Su cabello está despeinado y unas enormes ojeras adornan su rostro, tiene puesto un pantalón corto y una camiseta con el logo de su banda favorita. Pero eso no es lo que más llama a mi atención, sino el color rojo que tienen sus ojos.

Eso solo significa una cosa...

—¿Estuviste llorando, Liam? —Austen se adelanta por mí, eso es lo bueno de tener amigos que te conozcan a la perfección.

—Jar. —Se gira hacia mí y noto como su labio inferior tiembla un poco. No me gusta lo que veo—. Estás tan ciego por lo que sientes por Lucía que no has notado el supuesto cambio que ella ha dado contigo, ¿no se te hace raro que ahora sí quiera estar cerca de ti?

Mi ceño se frunce y miro a Austin, este se encoje de hombros y yo me quedo meditando en el comentario anterior.

¿Por qué debería de ser raro? Quizás ahora ella por fin está descubriendo sus sentimientos por mí.

No creo que haya sido por algo más, yo me propuse conquistarla y eso me está dando resultados aunque ahora mismo estemos peleados otra vez.

—No es raro. Ella solo necesitaba tiempo para saber qué sentía —digo muy seguro. Mi amigo pone la soda en la encimera y se acerca a nosotros a paso de tortuga.

—Solo ten cuidado, porque un día puede estar y al otro día no. Así son ellas, a veces se esfuman para siempre y sin dejar rastros...

No termina de hablar porque cae al piso y sollozos comienzan a salir de su boca. Mi corazón se aprieta dentro de mí y me arrodillo para quedar a la altura de él, sin embargo, él se aparta y se acuesta en el suelo para llorar desconsoladamente.

Joder, odio verlo así.

El ambiente se siente pesado y triste, no entiendo que sucede.

—¿Liam? ¿Qué sucede? —inquiero, pero él niega con la cabeza y sigue llorando.

Escucho un silbido y al girar mi cabeza me topo con el rubio, este me señala el celular y la fecha del quince de agosto cubre la pantalla.

Quince de agosto...

Oh no, no, no, no.

Ahora todo tiene sentido. Austin me asiente con la cabeza y nos acercamos a Liam, es un momento delicado para él, es el día donde la chica que amaba se marchó y lo dejó destrozado.

Han pasado cinco años pero hay cosas que son difíciles de superar, aun la recuerda y peor aún si su madre viene pidiendo que vaya con ella a visitarla.

Esa señora está loca.

Nos arrodillados frente a él y lo abrazamos, por la situación que él ahora mismo está llevando es que yo no quiero desperdiciar ni un segundo, no quiero que Lucía también se esfume.

Me duele mucho verlo en esta circunstancia, me destroza, porque es una persona que siempre se mantiene impasible, y que de un momento a otro se quiebre es duro de afrontar. Pero aquí estamos nosotros dispuestos a ayudarlo.

Y justo ahora al verlo en esa condición, sé muy bien lo que no quiero para mí. No quiero verme así por una mujer, no quiero sufrir por si alguna vez me dejan, quiero ser feliz, quiero estar con Lucy, quiero disfrutar ahora que ella quiere estar conmigo y despojarla de aquellos miedos e inseguridades que le ha impuesto su madre, quiero que ella extienda sus alas y comience a velar por sí misma, y si es a mi lado pues mucho mejor.

Estoy dispuesto a darle todo el tiempo del mundo, siempre y cuando ella pueda volver a mí y decirme que me acepta tal cual soy.

Eso es lo que necesito, vivir el ahora, el presente, y es aún mejor si es con la persona que es capaz de iluminar mi mundo con solo dejar ver una pizca de esa hermosa sonrisa.

Tan solo una sonrisa ✅ [TST. Libro #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora