📚Capítulo 26📚

26 3 28
                                    

Busco entre mi armario la mejor camisa que tengo, a pesar de ya conocer a sus padres quiero verme bien y causar otro tipo de impresión.

Sin embargo, lo que más me emociona es que Lucy ya se encuentra lista para hablar sobre eso, me alegra haber contribuido con la valentía que se está desatando en su interior.

Es increíble la emoción que cargo por lo que ocurrirá esta noche. Quiero que todo salga perfecto.

Le sonrío al espejo con satisfacción al ver mi vestimenta, me veo elegante pero a la vez casual, justo lo que quería.

Tomo las llaves de mi auto y salgo del apartamento para ponerme en marcha hacia mi gran noche. Aun no puedo creer lo que vaya a suceder, presiento que será muy bueno.

Tras durar un poco de tiempo a la carretera llego a mi destino, hay varios autos muy lujosos estacionados pero eso no me intimida, quizás el mío no es el mejor pero sí lo valoro por el esfuerzo que hice para conseguirlo.

Entro a la gran propiedad de Lucy y admiro toda la estructura que está frente a mí, las veces que la he traído no había tenido la oportunidad de apreciarla bien.

Ingreso finalmente a la casa y quien me da la bienvenida es la causante de que mi corazón comience a latir desbocado y mi cuerpo se llene de nervios. Es ella, hoy está más radiante que nunca y por si fuera poco, está dejando mostrar una pequeña sonrisa.

Esta chica me tiene loco.

—Te tardaste. —Es lo primero que me dice cuando me acerco.

—Lo lamento. —Me rasco la nuca en un acto inconsciente y le doy un pequeño abrazo que se deshace de inmediato por las personas que ingresan al lugar—. Quería verme representable.

—A ti todo te queda bien, además no es para tanto. —La miro enarcando una ceja y aprovecho para vislumbrar su belleza. Me encanta la manera en la que su vestido rojo se amolda a su pequeño cuerpo.

—¿Me acaba de dar un cumplido, señorita Evans?

—No te acostumbres —dice y una risa ligera se escapa de sus labios—, pero sí, te acabo de dar un cumplido.

Una gran sonrisa de oreja a oreja se planta en mi rostro, todavía estamos en la entrada de la casa pero nos las arreglamos para colocarnos a un lado. Sus magníficos ojos color avellana me miran con tanta timidez que me es imposible no acercarme un poco más a ella.

Lucía estudia en silencio cada uno de mis movimientos, sin embargo, no me aparta cuando envuelvo su cintura con mi mano para acercarla a mí, mi rostro se encuentra tan cerca que puedo sentir su respiración acariciando cada facción de mi cara; su pecho sube y baja a una velocidad que me hace entender lo nerviosa que está con mi cercanía.

Acaricio su nariz con la mía en un acto involuntario y me permito cerrar los ojos para degustar su increíble aroma. No me quiero sobrepasar, pero según sus señales ella también quiere esto y no ha puesto objeción alguna.

Me separo un poco y observo sus labios, vuelvo mi vista a ella y noto que ella también ha hecho mi acción anterior, no obstante, al acercarme un poco más donde puedo sentir el roce de nuestros labios, ladeo mi cabeza y deposito un largo beso en su mejilla.

—Puedo esperar un poco más por esto —susurro en su oído y me separo de ella.

Sus mejilla están sonrojadas pero cuando trato de buscar su mirada ella la esquiva.

—No me mires, Jar. —Siempre que dice mi nombre es como si saboreara cada letra—. Mejor vayamos adentro, nuestros amigos nos están esperando.

Por fin entramos a la fiesta, pero cuando pienso que ella tomará mi mano para que entremos juntos, pasa por mi lado como si nada y me guía hacia el lugar donde nos esperan...

Tan solo una sonrisa ✅ [TST. Libro #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora