📚Capítulo 11📚

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Que estés viviendo en un lugar no significa que lo sientas como tu hogar.


Observo a mi madre marcharse y me quedo en silencio. No vale la pena refutar sus palabras, después de todo tiene la razón; lo único que hago es decepcionarla y ahora mucho más ya que se enteró de que no podré traer a ninguna vida al mundo.

Ya yo lo sabía, hace unos años tenía una pareja y me encontré extraño que nunca haya quedado embarazada, así que un día fui al hospital para averiguar ese detalle.

Luego de múltiples exámenes y preguntas, me dieron aquella noticia; pero resulta que hasta los doctores quedaron tan sorprendidos como yo, ya que lo mío era un caso "especial y extraño".

En ese momento no lo podía creer, me preguntaba qué tanto había hecho en mi vida pasada como para cargar una maldición como esa, me hizo sentir una completa basura tirada en este mundo.

Y sí, quizás dirás no es el fin, con tratamientos se puede lograr y todo eso; pero no es ese pensamiento que se apodera de mí, es el hecho de que durante mi vida he tenido que tratar de siempre andar por la línea, obedecer sin rechistar, cumplir sin poner peros, acatar las órdenes; y lo he intentado con todas mis fuerzas, pero donde mi madre quería que yo fuese perfecta como ella o mis hermanos, yo era un completo desastre.

Y no solo en una cosa; más bien en todos los aspectos.

Entonces al recibir esa noticia de que quizás nunca llegue a ser madre, me confirma que tal vez yo haya sido un error, ¡porque vamos! ¿Cómo una persona puede tener tanta mala suerte?

Por ese mismo motivo terminé con mi pareja en aquel tiempo, nunca le dije la razón y tampoco espero hacerlo; al fin y al cabo él debe haber sabido que yo soy y aparentemente seguiré siendo una inútil.

El doctor todavía se encuentra en la habitación aunque mi mamá ya se haya ido, tengo la vista al frente pero puedo sentir como sus ojos me examinan.

—¿Se encuentra bien, señorita? —Poso mi vista en él y sonrío.

—¿Por qué no habría de estarlo? Que tu madre te haga sentir una mierda no es nada del otro mundo. Es como si por cada palabra que recibo de parte de ella, se esté cavando un pozo; pero en dicho pozo solo se encuentran aquellas cosas que me han hecho la jodida persona que soy.

Le hablo tan rápido que no sé si me entendió, pero sé que lo que dije es cierto.

Es muy fácil soltar todo lo que sale de tu boca, sin embargo, no sabes el túnel que estás cavando en el corazón de esa persona; no tienes ni idea de cómo esa herida se va volviendo más grande a medida que recibe más comentarios despectivos.

Pero a diferencia de otros, ¿saben qué he hecho yo? Soltar la toalla, porque esto que siento en mi corazón no me permite ni siquiera tener esperanzas de que algún día cambiara.

—Conozco a una persona que le encanta escuchar ese tipo de problemas, si gustas puedo referirte. —No le digo nada y me encojo de hombros, no tengo deseos de ver a nadie—. Por cierto, hoy le daremos el alta, más tarde le indicaremos todo el procedimiento que debe seguir al pie de la letra para que pueda mejorar.

Asiento con la cabeza y él finalmente se marcha.

Suelto un sonoro suspiro y paso mis manos por mi rostro, no obstante, escucho murmullos provenientes de afuera. ¿Qué sucede?

Veo a una enfermera entrar a mi habitación y revisar el monitor de donde estoy conectada, pero otra entra corriendo y comienza a murmurarle.

¿Qué está sucediendo?

Tan solo una sonrisa ✅ [TST. Libro #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora