📚Capítulo 37📚

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En algún momento de nuestras vidas perdemos todas las fuerzas que con dolor, lágrimas y noches desastrosas hemos tratado de conseguir.

Y es frustrante, porque muchos solo hemos tenido esa oportunidad de ver la vida como una capa totalmente gris que solo cambia a negro de vez en cuando. No conocemos un mundo rosa, solo al que desde que tenemos conocimiento nos ha impuesto pruebas tras pruebas.

Así ha sido mi lucha desde mi nacimiento.

De pequeño solía ver las injusticias que cometían con mis padres, pero en esa época yo no tenía voz ni voto para defenderlos; eso era lo que más anhelaba, poder darle un poco de paz para que no tuvieran que preocuparse tanto por mí.

Ahora la tienen, no como me hubiese gustado pero la tienen. Y justo ese es el motivo por el cual mis fuerzas están volviendo a mí. Aquel hombre llamado Esperanza solo confirmó algo que se me había olvidado; que sigo siendo yo, la misma persona que un día se autoproclamo revolucionario.

Respiro el aire fresco de este día, ya el señor se ha ido, pero yo me he quedado un poco más. Al final esta playa me ha dado lo que siempre he querido; aquella paz en medio de la tormenta.

Por alguna extraña razón me siento tranquilo, no ignoro los sentimientos negativos que afloran dentro de mí, pero es como si aquello pasara a un segundo plano.

En mi búsqueda desesperada por encontrar un amor, olvidé que tenía que dármelo a mí primero; y al no hacerlo aquella chica que me importa más de lo que me gustaría admitir, destruyó lo poco que quedaba ahí.

Y no la culpo, al final ella sigue luchando contra sus propios demonios; no obstante, también me hubiese gustado tener un final feliz.

El ruido de mi teléfono interrumpe mis pensamientos y me veo obligado a dejarlos atrás por un momento.

—¿Sí? —digo al descolgar.

—El dueño de la propiedad desea reunirse contigo en este instante —dice mi abogado.

El dueño... ¿pero acaso no había hecho eso ya?, ¿por qué quiere reunirse de nuevo?

—Pensé que ya todo había quedado claro.

—Con esta persona no. —Frunzo el ceño y coloco inconscientemente mis manos en el mentón, ¿a qué se refiere?

—¿Hay alguien más? —curioseo.

—Sí —afirma—. Aquí te cuento los detalles. No tardes.

Guardo mi celular en mis bolsillos mientras le sigo dando vueltas a mi conversación pasada.

Me he reunido varias veces con los dueños de la propiedad, y en incontables ocasiones mostraron su descontento al venderme aquella zona a mí; ni siquiera les importa lo que vaya a hacer, solamente no me quieren en sus caminos.

Sin embargo, he trabajado demasiado para esto, he dejado mi vida en esos ahorros para poder construir ese refugio, ya esto no es solo por el sueño de mi padre, es por mí; yo sé lo que se pasa, he vivido en carne propia las pocas oportunidades que he tenido desde niño. Yo no puedo simplemente ignorar eso y dejar que otros niños pasen algo similar.

Me aterra la idea de escuchar un no definitivo de ellos. Ahora mismo ellos llevan todas las ventajas, y lo único que yo llevo es mi noble corazón para intentar abrirles los ojos.

Aun así... no creo que haya sido casualidad que aquel personaje divino apareciera, voy a ir con toda la seguridad del mundo; no me presentaré como aquel hombre derrotado que se quedó sin trabajo y sin su chica para amar, me presentaré como aquel hombre que sabe dónde se encuentran sus principios y tiene claro la visión que hace años plasmó.

Tan solo una sonrisa ✅ [TST. Libro #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora