📚Capítulo 32📚

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—¿Aún lo siguen pensando? —Austin y yo nos quedamos desconcertados por un momento—. Es obvio que todo es culpa de la madre de tu novia.

¿Novia?

¿Se refiere a Lucía?

¿Pero por qué esa señora haría todo eso en mi contra?

Mi cerebro me remonta a aquella escena donde ella me dice que me abstenga a las consecuencias si seguía frecuentando a su hija, joder, ¿cómo no lo supe antes? Peor aún, ¿por qué ella no actuó antes?

Ya tenía varias semanas saliendo con ella, además, considerando la fortuna que ellos tienen, era obvio que descubriría eso tarde o temprano.

Pero ahora ya no estoy con ella... parece que no le quedó claro después de la humillación que pasé en su casa.

—Liam —le riñe el rubio—, no creo que esa mujer sea capaz.

—Es de eso y mucho más —afirmo—, no seas ingenuo, Austin. El mundo es más malo que como te lo pinta una historia.

Me paso las manos por la cabeza, totalmente frustrado. No sé si pueda seguir enfrentándome a esto; meterme con una persona que no debía y aguantas las consecuencias está bien, pero ¿de ahí a meterse con mis cosas personales?

Me molesta, porque he podido obtenerlas con mucho esfuerzo y ahora todo se ha esfumado y solo porque una persona con dinero lo haya ordenado.

¿Hasta cuándo tendré que seguir aguantando todo esto por mi condición?

¿Seré capaz de también contraatacar?

¿Cómo lo haría? Está más que claro que ellos ganarían: los blancos y el dinero.

No obstante, algo me carcome desde que me enteré, ¿Lucy estará involucrada? ¿Lo sabrá? No creo que a estas alturas ella sea capaz de hacer alguna acción para herirme intencionalmente.

Aun así, me dolería, me dolería demasiado saber eso; si ella quisiera seguir rompiendo mi corazón sabría muy bien por donde hacerlo, siendo consciente que esta vez me dejaría hecho pedazos y sin fuerzas para levantarme.

Los pedazos que una vez mi amada chica de orbes avellanas volvió a reconstruir en mí...

—¿Qué haces? —Llevo mi vista hacia el pelirrojo y me encojo de hombros.

Decirle que le estoy dando vueltas a mis problemas amorosos no es buena idea.

—Está pensando en Lucía —le responde mi otro amigo.

—¿Cómo es que...?

—Esa misma mirada tenía yo cuando pensaba cosas horribles sobre Vanessa. —Me avergüenza este hecho frente a mis amigos—. Pero ahora mírame, soy Austin Hamilton, prometido de la chica que me dio bastantes dolores de cabeza.

—Cómo se nota que sigues viviendo en el cuento de felices por siempre —replico.

—Y nosotros en el de jodidos por siempre —confiesa Liam.

Mi colega y yo nos miramos y explotamos en carcajadas. No veo fallas en su lógica.

Solo ellos pueden relajarme en un momento como este. Siempre les voy a estar agradecido por eso.

No sé qué haría sin ellos en mi vida.

El silencio reina entre nosotros y no hace falta decir algo para saber en lo que el otro está pensando. Estamos buscando formas de poder solucionar este lío.

Ahora mismo yo debo asegurarme que mi proyecto con respecto al hogar de los niños no sea destruido por la señora Evans. Ella se puede meter conmigo y hacer lo que quiera, no me importa, pero que no toque lo más preciado que me ha costado conseguir.

Que me destruya a mí, que me destroce, que termine de pisotear y dañar lo que empezó su hija, pero que no toque el hogar que quiero hacer para los pequeños.

—Apercíbete, Jardel. —Presto atención a las palabras del novio de Vanessa—. Quizás hablar con la madre de Lucía sirva de algo, pero eso depende en lo mucho que tú y tu chica quieran cooperar.

—¿Cooperar en qué sentido? —inquiero, mientras coloco mis dedos en mi barbilla y escudriño su mirada.

—En el sentido de si volverán a lo que tenían o decidirán darse un adiós. —Las palabras del pelirrojo retumban en mi cabeza—. Ella no quiere que estés con su hija y mira hasta donde ha llegado porque igual lo hiciste. Piensa bien las cosas antes de actuar.

Mi mente solo ha podido reproducir la palabra "adiós" una y otra vez.

¿Podré renunciar a ella? De solo pensarlo siento un malestar que recorre mi interior.

Quiero creer que todavía ella tiene una explicación para mí, que tiene una razón para que dijera eso aquella noche o que incluso se haya equivocado con lo que dijo.

Es que no puedo sacarme de la cabeza lo que he vivido con ella, simplemente no puedo, no quiero renunciar a ella...

¿Y si alguien no me vuelve a querer como lo hizo ella? ¿Y si no llega nadie a amarme como yo quisiera que ella lo haga?

Joder, la quiero tanto que hasta duele, soy capaz de que mi amor pueda ser suficiente para ambos, de sacrificar lo que tengo para poder vivir un poquito más lo que teníamos.

Aquello intocable, incomparable, e incluso inquebrantable que nos dispusimos a edificar.

No obstante, a pesar de que todo en mí quiere verla otra vez, abrazarla y descubrir un poco más de su pasado, otra parte de mi la quiere lejos por volver a herirme; porque cuando estoy cerca de ella me debilito y puedo acceder a todo sin importar qué.

Y todavía no sé qué tan bueno o malo esto puede ser...

Sin embargo, de lo que sí estoy seguro es que ella se ha convertido en mi debilidad, mi triste y agónica debilidad...

Tan solo una sonrisa ✅ [TST. Libro #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora