📚Capítulo 33📚

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Las lágrimas son lo que yo llamo el reflejo de un dolor enterrado en el corazón que se guarda en completo silencio...

Un silencio desgarrador que pide auxilio para no ahogarse en el llanto indefinido por las injusticias de la vida.

Injusticias que cada día se hacen presente y por más que lo intente, algo siempre gana.

Pero justo ahora, en la oscuridad de la noche, viendo sus lágrimas caer por aquel rostro que me parece un Ángel, hace que las que tenía escondida durante mucho tiempo salgan a la luz.

De alguna u otra manera siento que nuestros miedos se enlazan entre sí para hacernos explotar esta noche, y duele, duele tanto tener que pasar por esto aun cuando nadie me advirtió que el amor podía llegar a doler...

—No pensé que al aceptarte mi corazón te iba a pertenecer, y que ibas a quitar las cadenas con la que fue encarcelado. —Su voz acongojada es apenas un susurro, un triste e inquietante susurro que me parte en dos...

—Entonces termina con esta agonía que nos envuelve a ambos —imploro, mientras entrelazo nuestras manos, ella hace el intento de apartarse pero no se lo permito—. Si no puedes con esto permíteme yo poder por ambos.

Ella niega con la cabeza e inconscientemente miro a nuestro alrededor para no ver su negativa otra vez...

El cielo está estrellado y la luna nos ilumina en todo su esplendor, se ve tan radiante, tan hermosa, tan completa... y nosotros tan tristes, tan rotos...

Me despierto un poco sobresaltado, mi respiración es agitada y destellos de aquel sueño cruzan por mi cabeza en un santiamén.

Es increíble, aquello se sintió tan real que podía sentir aquel dolor que impregnaba todo mi ser.

Me siento en la cama y paso mis manos por mi rostro, observo mi mesita de noche y poso mi vista en la hora; apenas son las tres de la mañana, eso significa que mi insomnio continúa y que no volveré a pegar ojo en toda la noche.

Que fastidio.

Recojo unos sobres de manila que hay al lado de mi cama y los coloco frente a mí, ambos son bastantes grandes y contienen cosas que me importan demasiado. Tomo el primero y lo abro.

"Contrato de la propiedad" se lee en sus iniciales, el contrato que me cambiará la vida y cumplirá el sueño de mi padre y el mío.

Años atrás pensé que sería imposible, pero ahora tras estas decepciones he decidido que es un buen momento para ponerme en marcha y ocupar mi mente ahí; al menos para no pensar en las grietas de mi corazón.

Grietas que amenazan con destruirse por completo al tener en cuenta que fracase en mi intento por ser parte de la normalidad de esta sociedad.

Niego con la cabeza mientras me paso las manos por mi cabello y tiro de él, no sé por qué intento mezclarme con la normalidad de este mundo cuando él ni siquiera lo prefiere así.

Tomo el próximo sobre y lo coloco al lado del otro, una pequeña punzada hace presencia en mi interior al saber lo que se encuentra allí... y entonces lo abro...

Su cabello oscuro cae como una cascada por su espalda, sus orbes avellanas y su porte iluminan todo el lugar donde ella está colocada; pero su sonrisa... su hermosa sonrisa que me tiene rendido a sus pies hace que toda la jodida galaxia le deba un tremendo respeto.

Sé que mi mente se nubla cuando se trata de ella pero no puedo evitarlo.

He esperado demasiado tiempo para que alguien se fije en mí por lo que soy y ahora que la tengo frente a mí siento que puede desvanecerse en cualquier momento. Nada me garantiza que habrá alguien más dispuesto a amarme, a cuidarme, a velar por mí e incluso, soportar el rechazo que vivo cada día.

Tengo miedo de no encontrar a nadie más y que ella sea mi única y última opción. Si ella se va, estaré solo una vez más...

Solo y perdido, solo y mirando de lejos como los demás son felices menos yo, como siempre, ¿pero tal vez es que no ha llegado mi momento de serlo, no?

No lo sabría, aunque pensé que con cierta chica por fin había llegado.

Me paso la mano por el rostro y restriego mis ojos, hoy tampoco podré dormir.

Abrazo con fervor la foto que tengo entre mis manos e inhalo profundamente, implorándole a aquel Dios de los cielos que tenga compasión de mí.

Si acaso ella es la única chica que tuvo el valor de fijarse en mí, no permitas que se vaya y me deje destrozado, no más de lo que ya estoy.

Permite que ella vende mis heridas y sea como un bálsamo para los dolores internos que buscan doblegarme cada día.

Que sea mi fuerza en la debilidad que lucha por arroparme...

Que sea mi ancla cuando sienta que me desvanezca por no encontrar un lugar sólido donde pararme y seguir rumbo a mi destino o lo que yo creía que era nuestro destino.

Tan solo una sonrisa ✅ [TST. Libro #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora