📚Capítulo 40 (parte 1)📚

10 2 3
                                    

Lucía

—¿Estás segura de esto? —Inspiro hondo tras escuchar el comentario de Valery por enésima vez.

Ella me mira con ojitos de cachorro mientras hace un puchero, Vanessa por el contrario está observando todo en silencio, puedo decir que al menos está respirando.

Ruedo los ojos en un acto inconsciente y miro a mi alrededor, hace unos años nuestra amistad inició en este restaurante de comida chatarra, cuando casualmente todas estábamos cabreadas con la vida y solo nos desahogamos como unas locas; sin embargo, hoy estamos aquí para decirnos un hasta luego.

Aquel que significará dejar esta versión de mí atrás, esa niña oculta en el cuerpo de una adulta, esa mujer que tiene cero valoraciones sobre sí misma y que le cuesta aceptar hasta su nombre.

Quizás para mi madre mi nombre fue su salvación, pero según su método de crianza conmigo se convirtió en mi perdición; los años de maltrato psicológico no lo recompensa un perdón de su parte. Sus constantes comentarios indicándome que fuera alguien que no soy, que fuera perfecta, que sea igual a los demás... eso simplemente me destruyó.

No puedo ni siquiera con los pensamientos destructivos que abundan en mi cabeza, la gente no sabe lo difícil que es callar esas voces de tormento, de dolor, de decepción...

Me miro al espejo y solo soy consciente que hay un cuerpo parado allí sin vida, sin amor, completamente rota y destruida. Las grietas de mi corazón trataron de advertirme que yo tenía salvación, solo que las escuché muy tarde.

Mis ganas de desaparecer se mantienen intactas, de construir una mejor versión de mí, aquella que sea capaz de hablar sin herir, de crear sin destruir, de presenciar sin arruinar, de llevar paz y no contienda.

Quiero ser una humana auténtica, capaz de reconocer mi error, de decir en voz alta que me equivoqué; de decirle a la gente que no estoy bien, que a veces me siento mal, que también se me van las fuerzas y los deseos de seguir adelante.

Quiero ser capaz de dejar huellas positivas, no marcas que duelan por el resto de la vida de alguien.

—Nunca había estado tan segura en mi vida. —Le ofrezco una sonrisa sincera a mis amigas, una de las pocas que he logrado que alguien más vea.

Junto mis manos por encima de la semana y empiezo a inhalar y exhalar, siendo honesta no sé lo que estoy haciendo, es como si de verdad empezara a creer lo que estoy a punto de hacer.

Estoy reuniendo valor.

Lo estoy logrando...

Mis ojos poco a poco empiezan a cristalizarse, mi cuerpo ansioso comienza a mecerse hacia los lados, un estremecimiento recorre mi columna vertebral mientras que los latidos desenfrenados de mi corazón hacen eco en mis oídos.

Coloco una de mis manos en mi pecho y siento como si algo quisiera cerrar mi garganta, es como si me atorara; respiro con dificultad y cruzo mis pies con fuerza.

Soy consciente de dónde estoy, pero todo lo que siento me hace sentir como si estuviera en una bola gigante, donde mis emociones son el anfitrión. Siento como si algo me abrazara por completo, mi estómago se encuentra revuelto y es entonces cuando lo siento lentamente...

Lágrimas... lágrimas de liberación que me están haciendo entender que soy valiente por hacer esto.

Lágrimas que me recuerdan que ellas estuvieron ahí cuando actué como una cobarde.

Lágrimas que me indican que se sienten orgullosas de mí por haber reunido valor para enfrentar a una nueva etapa de mi vida.

—Está bien. —Identifico cierta voz como si fuera de terciopelo, no puedo explicarlo pero se escucha tan suave, es como un susurro tranquilizador que me trae de vuelta a la realidad.

Tan solo una sonrisa ✅ [TST. Libro #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora