Juzgar a una persona porque según tú no cumple las expectativas, no dice cosas muy buenas de ti.
Me quedo observando el lugar por donde se ha ido aquel señor, todo ha pasado muy rápido y ha sido extraño.
Tengo tantas preguntas rondando por mi mente, pero a la vez hay algo que me dice que tenga paz.
Sin embargo, me gustaría saber qué clases de cosas vendrán a mi vida que la situación se pondrá fea. Sacudo mi cabeza y empiezo mi caminata hasta la salida.
No tengo ganas de llegar en coche, así que tomo un lado de la calle y comienzo a caminar. Los rayos del sol comienzan a intensificarse, las personas corren de un lado a otro para de seguro llegar a tiempo a sus trabajos, y yo... solo puedo sentir una calma que me arropa.
Es como si estuviese en una burbuja sin la más mínima intención de querer salir de ella.
—Tú.
Levanto la vista y me encuentro con sus ojos cargados de resentimiento... no, otra vez no...
—¿Qué desea, señora Evans? —Me detengo y veo como la madre de Lucía me lanza dagas con su mirada.
¿Por qué tuve que encontrármela justo hoy? ¿Por qué?
Tan bien que ya iba mi mañana para que esa mujer la venga a joder...
—¿Que, qué deseo? —Me mira de arriba abajo—. Quiero que dejes de existir. Aún no se me olvida lo que le hiciste a mi hija y que por tu...
—Deténgase. —Frunzo el ceño, no quiero volver a repetir lo mismo—. ¿Cuántas veces tengo que repetirle que yo no la empujé? ¿Acaso me cree tan desgraciado como para hacer eso?
—¡Por supuesto que sí! Todos los de tu especie lo son. —Ella mueve su larga cabellera a medida que sigue hablando y me señala con su dedo.
Estoy harto de esto.
—Bien. Como usted diga. —Intento pasarle por el lado pero ella me detiene clavando sus uñas en mi brazo. Me giro y el enojo viene hacia mí.
—¿Crees que no sé qué clase de persona eres? —Me suelta de manera brusca y levanta su mentón—. Eres el típico pobre de padres muertos, con un trabajo miserable y amigos que son poca cosa.
—¿Se atrevió a investigarme?
—Yo investigo a todas las plagas que no quieren salir de mi alrededor o de los míos.
Una punzada atraviesa mi pecho pero sonrío. No le daré el gusto de verme destruido.
—Lástima que encontró tan poca cosa en su investigación.
—¿Poca cosa? Oh, cierto. Se me olvidaba que también visitas a un grupo de apoyo para negros. —Una estruendosa carcajada sale de su boca y me hace sentir tan miserable y al descubierto. ¿Qué tanto sabe de mí?—. ¿Qué? ¿Tan baja tienes tu autoestima?
No le digo nada y vuelvo a pasar por su lado.
Que una persona se haya tomado el tiempo de investigarte para luego burlarse en tu cara no tiene precio. ¿Por qué tanto desprecio hacia mí por parte de esa bruja?
Entiendo que su hija resultó herida y justo yo estaba ahí, pero no puede venir a culparme por algo que yo no provoque, ¿o quizás sí?
Recuerdo que Lucía parecía ida luego de que me soltó aquellas palabras hirientes. ¿Será que por eso se lanzó a la calle o no lo vio venir?
Son preguntas que quizás no tengan respuestas, es casi imposible que yo vuelva a verla. No quiero estar a su lado si de su boca solo saldrán cosas que me romperán el corazón, no todo lo puedo soportar.
Por eso he decidido alejarme, ella podrá gustarme y todo eso, pero tiene una familia bastante jodida, sobre todo su retorcida madre que no deja de fastidiarme.
—Alto. —Escucho su horrible voz y contengo las ganas de gritarle. No me volteo, solo me quedo quieto—. No te vuelvas a acercar a mi hija, muchacho. Puedo ser muy buena, pero cuando me provocan pueden sacar lo peor de mí. Así que no me retes.
—¿Y qué si lo hago? —Ni siquiera sopeso mis palabras.
—Quedará bajo tu responsabilidad las consecuencias.
No espero a que continúe y sigo mi camino. Diría que su amenaza está de más, pero si fue capaz de investigarme y venir amenazarme, la creo capaz de todo.
Ahora bien, la pregunta sería, ¿voy hacerle caso? ¿Seré capaz de retarla por un simple capricho o la dejo en paz?
Si bien me gustaría ver la cara de la vieja cuando vuelva a estar con su hija, pero esta vez no. Dejaré que ella gane, porque aunque quizás ella no lo sepa, su amada hija sigue cada uno de sus pasos y hasta copia su manera de hablar.
No sé si lo hace porque ese es su mandato o porque quiere alejarme, pero lo que sí sé, es que mi vida ya está lo suficientemente jodida como para agregarle algo más.
Detesto admitir lo que ronda por mis pensamientos, pero no tengo más opción.
Así que sí, señora Evans, usted gana.
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Tan solo una sonrisa ✅ [TST. Libro #2]
Short StoryLibro II de la trilogía ''Tan solo tú''. LIBRO INDEPENDIENTE PERO "QUIZÁS" INCLUYA SPOILERS DEL PRIMERO. Ser feliz y positivo siempre fue la única opción cuando el mundo decidió bombardear con sus maldades a su vida. Sobrevivir para no ser ahogado p...