Capítulo 12

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Altair jura que intenta no pensar en Azkaban pero en momentos como ese sabe que se sentía bien estando allí.

Maldito Arry. Maldito barbón. Maldito Valdemoro. Maldito todos.

Ahora que Dumbledore se había ido la loca se había convertido en suma inquisidora, o lo que sea eso.

La mujer obsesionada con todo eso de tortura y la supremacía de la sangre siendo mestiza, tampoco sabía que significaba.

Tropezó con una persona- Lo siento- dijo ella sabiendo que era su culpa por estar donde no tenía que estar.

-Tranquila- le decía una voz suave y soñadora.

-Altair White- respondió sabiendo que quería decir su nombre- ¿Tú dombre?- sentía que no era así pero ya lo había dicho asín que, que más da.

-Luna Lovegood- la miraba como si esperaba que hiciese algo, no entendía que tenía que hacer.

La recorrió con la mirada sintiendo que era sangre pura, era un don nuevo del obscurial, tenía un aire dulce que la hacía sentir en casa. Aunque podría ser por su locura evidente pero eso a ella le encantaba.

-Tienes la cabeza llena de torposolos- le dijo Luna.- Son criaturas invisibles que te llenan la cabeza de malos sentimientos suele espantarse con recuerdos felices.

-¿Cómo un dementor?- pregunto Altair emocionada mirando para todos los lados- No hay ninguno- la decepción era palpable en su voz.

-Necesitas espectrogafas- ella la miro extrañada.- la venden en el Quisquilloso.

-¿Donde venden el quisquillo?- la esperanza volvía.

Luna como respuesta le entrego un papel donde pudo leer muy despacio <<el Quisquilloso>>

-Le dire a mi padre que te envié las espectrogafas- se fue saltando de pie en pie feliz dejando a una Altair por los aires, vería de nuevo a los dementores sin estar allí o acompañado de algún auror.

Me cae bien.

Es lo único que pensó Altair yendo a su castigo con Umbrige.

*

-Entonces...- empezó ella con una sonrisa divertida dejando la pluma q un lado- ¿Te haces pasar por sangre pura siendo mestiza?

Contuvo la carcajada al ver su cara.-¿Cómo sabes eso?- caíste.

-No diré- y hay estaba su entretenimiento. Rabiar a la gente.- Bueno me voy dejándote con los torposolos.

Una vez dió la vuelta a la esquina soltó la carcajada que estaba reteniendo. Cada vez más fácil. Bella estará orgullosa.

Bellatrix Leastrenge le había enseñado a hacer rabiar a la gente solo para verla intentar enfadar a los presos con cinco añitos, siempre volvía a ella con expresión molesta cosa que hacía que se burlara un rato de una pequeña Altair enfurruñada.

Fue a la biblioteca dispuesta a escribir mostrando su progreso de ser insufrible y de escritura.

Echaba de menos Azkaban pero sobre todo echaba de menos los recreos que tenía con los presos. El ambiente a locura pero era esa locura que la hacía sentir en familia, una disfuncional con ganas de matar pero era su familia y lo hechaba en falta.

El acuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora