Capitulo 26.2

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No es tan difícil, Altair, concentrate en la misión. Solo hay que entrar y salir.

Como si fuera tan fácil colarse en la oficina de Dumbledore.

Podría volar y llegaría antes pero corre el riesgo de que los cuadros se lo cuenten al viejo de que era animaga no registrada.

Tampoco puede ir como oscurial por el mismo motivo.

Por lo que solo tiene un plan que espera que funcione.

-Profesor Dumbledore.- llama Minni a la oficina con los nudillos blancos de furia.

-¡Oh! Minerva que agradable sorpresa verla- Altair levanta una ceja viendo el panorama.

Dumbledore estaba intentando que su fénix, Flaques, deje de morderle la barba como gusano.

Aunque la pelinegra intenta repasar escenarios por lo que podría llegar a esa situación no tiene ni idea por que el anciano estaba boca abajo y unos calzones azul marino con snit dibujadas por todos los lugares.

-¡Dumbledore se puede saber que intenta hacer!- se escandaliza la profesora tapándole los ojos- ¡No es momento para que te rompas un pie!

-Creo que no es un buen momento para una reunión por un castigo así que buena suerte intentado lo que sea que sea eso- señala al director.

Una vez llega a la puerta vierte la espuma suave verde a su espalda. Silencio.

Se da la vuelta viendo como el tiempo se detuvo lo justo para buscar y salir por patas sin que nadie se diera cuenta.

Accio memorias de Dumbledore!- cientos de objetos frágiles vuelan hacía ella que atrapa con rapidez y justo cuando la última fue guardada el tiempo volvió a correr como si nada hubiera pasado.

-¡Lo tengo!- corre hacía ellos completamente feliz.

Pero Altair no se percato de la mancha verde de su falda y la mirada extraña de Dumbledore mirando su gorro sabiendo que ella había hecho eso.

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