CAPÍTULO 5

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ALEXANDRA PEMBERTON

Debía de estar loca para aceptar un plan como este; pero pensándolo bien, tal vez podría utilizar su idea a mi favor y así engañarlo para conseguir justo lo que quería; entre nosotros dos, obviamente yo era más lista y si él quería enfrentarme, le demostraría que tan buena era jugando su juego.

-        Bueno Lucca, ¿Cuáles son tus pasatiempos? – pregunté bebiendo un poco de mi tercer coctel de fresa que específicamente había pedido sin alcohol

-        Disfruto de pasar tiempo al aire libre, aunque también me apasionan las carreras de coches y por supuesto las catas de vino – respondió sonriéndome - ¿Y a ti? – cuestionó

-        Me gustan algunos deportes, como el tenis y el golf, aunque también disfruto mucho de los eventos sociales

-        Así que eres del tipo de personas a las cuales no les gusta la soledad

-        No es tan así – respondí – A veces prefiero sentarme en un lugar cómodo y disfrutar de un buen libro; a veces es necesaria la soledad, pero no siempre.

-        Interesante... - dijo pensativo

-        ¿Qué música te gusta? – pregunté llamando su atención

-        Clásica, pop, jazz, francamente me gusta de todo un poco

-        Yo me inclino más por lo clásico y el jazz, prefiero la tranquilidad; aunque de vez en cuando me permito enloquecer y disfruto de lo demás

-        Entonces eres un espíritu antiguo y anclado

-        No – dije de manera impositiva – Pero tampoco soy un espíritu libre e irresponsable

-        En mi opinión, nunca has sido libre

-        Nuestras definiciones de libertad son diferentes

-        Eso lo tengo claro

-        Y luego yo soy la hostil – murmuré

-        Bien, continuemos con las preguntas – dijo y asentí

-        ¿Cuál es tu color favorito? – pregunté

-        El rojo – respondió al instante

-        ¿Por qué? – cuestioné

-        Es un color fuerte, enérgico e intenso; a veces lo relacionamos con el peligro y otras veces con la pasión, es un color magnético y supongo que el tuyo es el dorado – dijo y no pude evitar sonreír un poco

-        ¿Por qué piensas eso?

-        Es un color luminoso, lo asociamos con el poder y la riqueza, pero significa más que eso, significa ambición, deseo y orgullo, características que sin duda posees

-        Interesante conclusión – dije conteniendo una sonrisa – Pero sí, mi color favorito es el dorado

-        Y te queda a la perfección – me halagó y por un segundo recordé la noche en que nos vimos por primera vez

Él con un traje oscuro y elegante, portando un antifaz que oscurecía su mirada, mientras yo resplandecía con un vestido dorado y un antifaz brillante; éramos polos completamente contrarios, pero bien dicen que los opuestos se atraen y eso fue lo que nos sucedió esa noche.

Me obligué a recordar quien era él y repetí en mi mente que lo que había sucedido no era más que un grave error; el único sentimiento que debía de existir entre Lucca y yo, era el odio; no podía haber nada más y debía tratar de olvidar lo que ocurrió esa noche.

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