ALEXANDRA PEMBERTON
Las lágrimas no paraban y sentía mi corazón roto en pedazos; besarlo había sido maravillo, toda la noche había sido especial y perfecta; por un segundo me permití soñar que no existían problemas, me permití imaginar que solo éramos una chica y un chico en una cita romántica, pero cuando confesó sus sentimientos por mí, algo en mi interior se encendió y apareció la culpa.
No podía haber nada entre nosotros, no era correcto y no era posible, pero cuanto desearía que lo fuera, porque estaba enamorada de él y dolía terriblemente tener que alejarme; había querido descubrir cuáles eran mis sentimientos y en verdad había deseado intentarlo, pero una parte de mí no podía dejar de sentir culpa y no era lo suficientemente valiente como para arriesgarme por lo que sentía.
Quería ser feliz, quería dejar de reprimirme, quería ser yo misma y sentirlo todo, pero no era capaz de hacerlo, el miedo era más grande y mi mayor miedo era decepcionar a mi padre y estar con Lucca sería traicionarlo de la peor forma.
Era cobarde y mentirosa; porque prefería seguir fingiendo que no sentía nada que arriesgarme a perderlo todo por lo que mi corazón parecía sentir; pero al recordar las palabras de Lucca, todo en mí se removía y sentía un profundo dolor en el pecho.
Mi cabeza y mi corazón estaban en conflicto, pero mientras conducía sin rumbo fijo, todos los momentos de la noche regresaron a mi mente; pensé en las hermosas peonías que Lucca me había dado y que se quedaron en el restaurante; esas flores se relacionaban con el amor a primera vista, y el embelesamiento entre dos extraños, justo lo que había sucedido entre nosotros dos; recordé las bellas canciones que Lucca había escogido para nuestra velada y lo perfecto que había sido todo; a mi mente vino nuestra conversación, tan encantadora y natural, porque cuando estaba junto a él, hablar resultaba tan sencillo y todo fluía sin problemas.
Desearía que las cosas fueran distintas, que solo fuéramos dos personas en este mundo y no quienes éramos en realidad; quisiera que nuestras familias no fueran enemigas y que pudiéramos estar juntos, pero era un deseo imposible de hacerse realidad.
No había sido consciente de a donde me dirigía hasta que estacioné justo en frente de la casa de Noah, pero me quedé en silencio dentro del auto y continué llorando sin poder detenerme; tomé como pude mi celular y marqué su número de manera desesperada.
- Alexa... - dijo segundos después y al escuchar mi llanto repitió mi nombre con preocupación
- Estoy... afuera... - logré murmurar
Noah salió corriendo de su casa y abrí el auto permitiéndole sacarme de ahí mientras que mis lágrimas seguían cayendo descontroladas; él se encargó del auto y me llevó dentro de la casa hacia su habitación.
- Alexa, ¿Qué sucede? – cuestionó mirándome con preocupación, pero no era capaz de hablar - ¿De dónde vienes? – preguntó al notar como iba vestida - Iré por un poco de agua, quédate aquí
Noah salió de la habitación como un relámpago y regresó agitado con una botella de agua en las manos; cerró la puerta y se sentó a mi lado tratando de consolarme; poco a poco mi llanto fue deteniéndose y mi respiración volvió a la normalidad, pero, aun así, el dolor permanecía.
- Dime que sucedió – pidió mientras yo bebía un poco de agua
- Salí con Lucca
- Si ese idiota te hizo algo, voy a...
- Me confesó sus sentimientos y... me besó
- ¡Eso es bueno! – exclamó y mis ojos volvieron a cubrirse con lágrimas
- Salí corriendo...
![](https://img.wattpad.com/cover/281567184-288-k369393.jpg)
ESTÁS LEYENDO
LEGADO
Teen FictionDos familias llenas de poder y riqueza Dos familias que siempre estuvieron en contra Y dos herederos que no saben perder Alexandra Pemberton nunca ha recibido un No por respuesta y no existe nada ni nadie a quien ella no pueda doblegar Lucca Andre...