CAPÍTULO 21

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ALEXANDRA PEMBERTON

Mis ojos se abrieron con lentitud y permanecí muy quieta, admirando el rostro de Lucca que seguía profundamente dormido; se veía tan tranquilo con los ojos cerrados y la sonrisa en su rostro, automáticamente me hizo sonreír.

Me levanté con cuidado de no despertar a Lucca y me coloqué su camisa; recorrí el apartamento y encontré mi pequeño bolso tirado en el suelo cerca de la puerta, lo que de inmediato me recordó la forma tan desesperada con la que Lucca y yo habíamos entrado hace apenas unas horas; dejé mi bolso sobre la mesa y me recargué en el sofá con mi celular en la mano, pero en cuanto la pantalla se encendió, mi corazón se detuvo.

Tenía más de diez llamadas perdidas de Noah y muchas otras de mi padre, además de varios mensajes; por lo que inmediatamente le devolví la llamada.

-        Noah, ¿Qué sucede...? – pregunté en voz baja

-        ¡¿Por qué no respondías?! ¡Tienes idea del problema en el que te has metido! – comenzó a hablar tan rápido que me costó mucho seguirle el paso

-        ¡Noah! – exclamé un poco más alto – Para un segundo y dime que pasó

-        Te vieron

-        ¿Qué? – cuestioné confundida

-        Los vieron a ti y a tu amiguito en el cine; alguien les tomó una foto y ...

-        ¡Mierda! – exclamé angustiada

-        La foto los muestra juntos, pero no tan juntos – aclaró – Pero... todos los medios están especulando y los chismes aumentan segundo a segundo

-        ¿Y mi padre?

-        Cuando llamó... sonaba furioso...

-        ¿Y ahora que hago? – dije más para mi que para Noah - ¿Debería llamarlo? ¿Debería ir a la empresa?

-        Esa es una pésima idea; los periodistas tienen todo cubierto; tu casa, la empresa, incluso el hotel donde se hospeda tu chico maravilla – dijo y mi respiración se cortó – Por favor, dime que no estas en ese hotel ahora

-        Yo...

-        Diablos, Alexa; ¿Qué tienes en la cabeza?

-        ¿No fuiste tú el que me dijo que me arriesgara?

-        Estoy a favor de que te arriesgues y que vayas por lo que quieres, ¡pero con algo más de precaución!

-        Tuve cuidado – me defendí - no esperaba que alguien nos tomara una foto, ni siquiera había muchas personas en la sala de cine y cuando salimos, puedo jurarte que no vi a nadie.

-        Pues alguien los vio y les tomó una foto

-        ¡Ya sé! – exclamé estresada

-        ¿Alexa? – escuché la voz de Lucca que ya había despertado y me miraba confundido

-        Yo... - dije sin saber que hacer

-        Habla con tu chico maravilla y desaparezcan del hotel – dijo Noah – No creo que los periodistas se conformen con quedarse fuera y perderse un escándalo como el que ustedes están provocando

-        Noah... - murmuré

-        Haré lo que pueda, pero ten cuidado, si alguien te llega a ver saliendo del hotel con él, las cosas se pondrán muy feas.

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