CAPÍTULO 13

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LUCCA ANDREOTTI

Mi cabeza me estaba matando y me costaba abrir los ojos; no recordaba nada además de que había bebido como si no existiera un mañana y eso sí que me estaba pasando factura; me obligué a abrir los ojos por completo y la imagen frente a mí, me desconcertó aún más; justo a mi lado, se encontraba una mujer que dormía pacíficamente y no era cualquier mujer, era Alexandra.

¿Qué rayos había sucedido anoche?

Recorrí la habitación con la mirada en un intento por recordar cómo es que habíamos terminado aquí, pero prácticamente mi mente estaba en blanco y eso era frustrante; no lograba recordar nada después de los tragos que había bebido en ese bar y justo ahora me arrepentía mucho de haberlo hecho.

Regresé la mirada a Alexa y sonreí; ella se veía hermosa mientras descansaba con esa expresión tranquila en el rostro y por un momento recordé lo que mi padre me había dicho; ¿No había salido con ese accionista? Y más importante, si había salido con él, ¿cómo es que había terminado en mi cama?

Estaba cargado de preguntas, pero al mismo tiempo sin poder entender la razón, estaba feliz de verla durmiendo a mi lado y ese sentimiento era problemático.

-        Buenos días – dije al notar que Alexa comenzaba a abrir los ojos

-        Hola – murmuró

El sonido de su voz era muy suave y a simple vista se podía notar cuan cansada estaba, así que lo mejor era ahorrarme las preguntas por el momento.

-        ¿Cómo te sientes? – preguntó incorporándose

-        Con una horrible resaca – respondí sintiendo mi cabeza palpitar

-        Es lo menos que mereces – exclamó apoyándose sobre su brazo para después mirarme con dureza

-        La verdad, no recuerdo nada

-        ¿Enserio? – cuestionó frunciendo el ceño – Bueno, no me sorprende, estabas en otro mundo

-        Fueron unas copas de más

-        Sí, como diez o veinte copas de más

-        ¿Ya te dije que te ves muy bonita por la mañana? – la halagué y ella rodó los ojos – La última vez no llegué a verte al despertar

-        Solo me quedé aquí porque estabas muy mal – dijo excusándose lo cual me hizo reír - ¿Te parece gracioso? – cuestionó enfadada

-        Creo que yo no pedí explicaciones y que sientas la necesidad de darlas me dice muchas cosas

-        No estoy explicando nada

-        Y ahora te molestas, eres un libro abierto, principessa

-        No me digas así

-        Una bellissima principessa

-        ¡Lucca! – se quejó, pero noté un suave color carmesí pintar sus mejillas

-        Te ves aún más linda sonrojada

-        Me voy – afirmó levantándose de la cama

-        Mi camisa te queda realmente bien – dije sin poder quitar los ojos de sus piernas

-        Eres un idiota

-        Tienes poca imaginación, principessa

-        Tengo otros adjetivos, pero no sería muy educado de mi parte decirlos

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