5. ¿QUÉ LE PASA A MI FAMILIA?

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Damián quiso acompañarme como mi escudero, no obstante, preferí ir sola. Igual ya sabía lo que pasaría. No era que el destino me tuviera algo más. Digo, podía ir peor—que sería lo normal—, o un poquito mejor, pero de eso ni imaginarlo.

—Sabía que no tardarías nada en saltarle encima al socio. Es lo único que sabes hacer—cortó mi camino Alexa. Parecía que el destino no quería que llegara con la festejada. ¿Me estaba protegiendo?

Eso quería pensar...

—Que hueva escucharte, Alexa.

—¿Te duele porque es la verdad? Si lo puta nunca se te va a quitar—se puso frente a mí, con su pose soberbia resaltando.

—¿Lo dice la santa cuyo padre ofreció para el deleite del nuevo socio?

—Mi padre no me ofreció. Él solo quería que el socio estuviera bien atendido.

—¿Contigo? —solté una risita—. Dudo mucho que el socio haya tenido las ganas de escuchar tus aburridas pláticas ñoñas. Al menos que hayas tenido planeado darle una mamada, porque solo eres medio interesante con la boca llena.

Abrió la boca, indignada.

—Eres una perra.

—Invéntate algo mejor, Alexa—la esquivé, cuando me detuvo del brazo.

—Aquí la puta eres tú, Virza. Los hombres solo se acercan a ti porque abres las piernas fácilmente, de lo contrario no serías interesante.

—Ay, Alexa. Que yo sepa las santas no se andan cogiendo a Fernando. Dime, ¿qué crees que papi Igor diga al respecto si se enterara? —aventé. Su cara se transformó. Reí, complacida con su respuesta.

Fernando era uno de los trabajadores de Igor.

—¡Eso es mentira!

—¿Lo es? Mira, te daré un consejo, porque eres mi prima adorada—sonreí—. Lo que sea vayas a hacer; ponerte en cuatro, una mamada, por el amor de tu "santo padre", no lo hagas en la alberca. Si sabes que hay cámaras grabando las 24 horas del día, ¿no? Y ojos por todos lados—palideció—. Sabía que eras tonta, pero no que llegabas a nivel extremo.

Me burlé. La verdad yo no la vi, pero si me llegó el chisme de que Fernando y ella tenían sus travesuras nocturnas. A Fernando le gustaba alardear de como ponía a Alexa de todas las formas que quería y como ella era obediente, como un perrito. Inclusive supe qué hacía buen uso de la boca. Ser mitad ardilla le ayudaba. Ya ven que las ardillas se meten hasta de tres o más nueces a la boca.

Sí, lo sé. Una mujer no debe hablar mal de otra mujer—sororidad y esas cosas—, y en realidad me valía tres pepinos lo que hiciera con su cuerpo. La cosa era que si me atacaban yo iba a defenderme como fuera. Ella amaba decir que yo era la puta más grande del mundo, pero aquí todos estamos cagados y yo no me iba a dejar de nadie. Suficiente he vivido como para aguantar sus pendejadas.

—Nadie te va a creer, Virza. ¿O acaso olvidas que nada de lo que digas es creído? Eres una mentirosa más, igualita a Pedro y el Lobo—intentó ganar terreno.

—Para esos casos existen las pruebas, Alexa. Piensa.

Apretó sus labios.

—Pero no te preocupes. Tu secreto estará a salvo de todos, siempre y cuando me dejes en paz—soltó mi brazo, quedándose con la rabia por haberle ganado—. Me saludas a Fernando. Y no olvides hacerte exámenes. Por ahí escuché que tiene Papiloma.

***

Llegué a la mesa dorada. Igor ya estaba ahí, como el buen monigote que era. Viejo chismoso. Suspiré, recargando balas para lo que fuera, pero al mismo tiempo quería conservar la calma. Llevar la fiesta en paz era lo óptimo, si todo salía como imaginaba en mis ilusiones irreales.

Siempre Incorrecta© (#1) +21 ✓ ✓ ✓ COMPLETA [SAGA INCORRECTA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora