39. PRETENSIONES

26 6 0
                                    

Pobre Damián que se tuvo que quedar en la plática de Svahn y Riccardo. Ese güey podía ser bueno para la mentira, pero no para hablar sobre mover mercancía ilegal ni invadir territorios ajenos.

Bueno, estaba con Svahn. Él lo protegería.

Confiaba en él.

Alessandra me llevó al patio trasero donde tenían una enorme alberca—pero enorme, casi abarcaba todo el terreno trasero—. Frente a la alberca yacían las sillas de madera de playa con sus respectivas sombrillas blancas. De un extremo se veía un comedor y una zona para hacer asados al aire libre. Muy cerca de ahí, bajando un par de escaleras, se encontraba una sala amplia con varios cojines blancos y en medio, una chimenea horizontal ayudaba para los días frescos y más fríos.

Era lujo en todo esplendor.

A lo lejos se apreciaban las montañas y más vegetación. El aire corría delicioso.

Tomamos asiento en la sala y en cuanto lo hicimos, Alessandra le hizo señas a alguien. Un sujeto mayor llegó hasta nosotras. Era otro de sus empleados.

Tráeme un Negroni. ¿Y tú, Pamela? Puedes pedir lo que quieras. Tenemos un bar bastante completo.

Una Paloma, por favor.

Sì, sì, signorina—respondió el hombre en italiano, yendo a su puesto de trabajo.

Mucho mejor estar aquí que escuchando temas de negocios, ¿no?

En efecto.

Meció su perfecto cabello, cayendo sobre su hombro izquierdo.

Riccardo no deja de hablar de negocios. Al cabo hombre—viró los ojos un tanto hastiada—. Tengo que disculparme por su comentario de hace rato. Como ya te diste cuenta, mi hermano no cree en las relaciones amorosas tanto como nosotras.

Está bien. Cada quien es libre de tener su propia opinión.

Lo que realmente pensaba era que podía meterse su opinión por el culo, pero como decirle eso. Aunque ganas no me quedaban, junto con otras opiniones que tenía sobre ella.

Cierto. Es un tema que no comparto con él. El amor es importante. Hay que atesorarlo cuando se tiene.

Tienes razón. Es una lástima que tu hermano no lo vea así.

Tonterías de Riccardo—esbozó, desestimando las opiniones de su hermano mayor—. Alexandre es muy guapo. A primera vista como que no veía que fueras su tipo.

Cambió de tema radicalmente, lanzando sus dardos con suma violencia.

¿Por qué lo dices? —fruncí el entrecejo, enseguida levantando mis defensas. No podía dejar pasar lo peligrosa que es Alessandra.

Obvio es mi percepción, no lo tomes a mal—obvio lo hacía, perra—, pero, como que tu imagen no va con la de él. Tienes un gran tatuaje y...

Miró mi dibujo en mi brazo.

No creo que un tatuaje defina si soy del tipo de alguien o no. A Alex le gusta. De hecho, él me llevó con un conocido suyo que también le hizo un tatuaje a él—dije veloz. No iba a perder contra ella.

¿Ah sí? ¿Alexandre tiene tatuajes?

Ya se lo estaba imaginando. Zorra.

Si. No le gusta presumirlo, a diferencia de otros, además, su piel es muy sensible al sol, por eso se cuida mucho—no sabía si eso era cierto, aunque lo intuía. Svahn siempre usa blazers o camisas de manga larga, así esté el solazo en lo más alto.

Siempre Incorrecta© (#1) +21 ✓ ✓ ✓ COMPLETA [SAGA INCORRECTA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora