32. SENTIMIENTOS ENCONTRADOS

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Damián me miró expectante.

—¿Y? ¿Qué pasó? —dio inicio con la ronda de preguntas tipo concurso televisivo.

—Nada.

—¿A dónde fueron?

—Por ahí.

—¿Qué hicieron?

—Nada de lo que podrías estar pensando.

—Se fueron a las tres de la tarde y regresaron a las casi once de la noche ¿y me dices que no pasó nada? ¿Me estás jodiendo? —perdió la paciencia.

—No pasó nada—recalqué.

—No lo creo. Casi ocho horas ¿y no hicieron nada?

—Solo platicamos un poco y....

—¡Ahhh! —se aventó a la cama con los brazos abiertos—. Nana, por favor. ¿Quieres que me vuelvan a salir hemorroides?

—Pensé que el viaje ya te los había sacado.

—Estuvieron a punto, pero no. La que me va a llenar de ellos serás tú—se recargó en su hombro, viéndome—. Nana, está más que claro que si odiaras a Svahn, no hubieras salido con él por casi ocho horas.

—No te dije que lo odiara.

—¡Aun tienes sentimientos por él! —alzó la voz.

—¿Quieres que toda la cuadra se entere? —le metí un golpe en el brazo.

—Quiero que tú te enteres. Vamos, hacen bonita pareja.

Viré los ojos.

—Necesito acomodar mis sentimientos, Damián. No puedo seguir algo que todavía estoy procesando.

Aún estaba en el proceso de entender el trabajo de Svahn, de conocer más de él antes de tomar una decisión respecto a nuestra relación. Seguía sintiendo algo por él, por supuesto. Eso no se iba a desaparecer tan pronto.

—Bueno...—se sentó, bufando—. Supongo que mi trabajo será no permitir que ninguna lagartona se le acerque a Svahn mientras tú te tomas tu tiempo.

***

Un día más.

Damián y yo veíamos la tele. En mayor detalle, una película sobre venganza. Algo un tanto cliché. Una chica desgraciada por la vida busca venganza por todo lo que pasó. No era una historia nueva, con trama nunca antes vista. Era una como miles.

Venganza.

¿Podría todo sanarse, como lo ponían en las películas? ¿Un poco de venganza, y la vida era mejor?

Odio a muchos, pero ¿soy rencorosa? No creo. De serlo no me hubiera preocupado la situación de Xavier en la escuela. No hubiera intervenido para que no lo sacaran de la universidad.

Me parece que eso dice mucho de mí, sin embargo, venganza. Hacer mi propia justicia...

Pero qué tontería cruzaba mi mente.

Damián se quedó dormido a media película. Estaba tan cansado el pobre. Bueno, mucha culpa tenía la resolana que entraba a la sala. Era tan cálida que te producía sueño. Solo a mí no me hacía efecto; seguía con el maldito insomnio. Estaba exhausta, mucho, pero me era imposible pegar el ojo. A lo mucho dormía unas dos horas, y eso entre pesadillas e incomodidad.

Me levanté, yendo a la cocina para tomar agua. Luego, al regresar al sofá, me detuve en el portal de una habitación; era una oficina. Svahn rentó esta casa. Me quedé ahí, mirándolo trabajar. Su espalda ancha, su pose recta, el teclear rápido de la computadora.

Siempre Incorrecta© (#1) +21 ✓ ✓ ✓ COMPLETA [SAGA INCORRECTA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora