9. EL SÉPTIMO SELLO

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No asistí a la escuela. Le dije a Damián que no me sentía con ganas de ir, y, de hecho, así era. Me sentía desganada y triste, extrañamente. Damián no hizo preguntas, solo me dejó recostada en la cama.

Tenía que decirle sobre mi plan de dejar la escuela, lo cual, graciosamente no sabía ni cómo hacer. Damián daría el grito en el cielo.

Me hice un desayuno decente. Unos huevos revueltos con jamón, dos panes tostados y café. Era lo mejor que sabía hacer. Mis habilidades en la cocina eran pésimas con p mayúscula. El que cocinaba era Damián. Al terminar me di un baño que no me sirvió para relajarme como lo imaginé. Al estarme vistiendo, mi celular sonó. Por un momento pensé que sería Svahn, pero me equivoqué. Era papá.

Suspiré. ¿Contestaba o no? No tenía ganas de hablar con él, sin embargo, lo conocía tan bien que era capaz de venir hasta acá y hablar conmigo.

Resoplé, atendiendo su llamada

***

—Nada mal, ¿eh?

Me asomé por uno de los ventanales que daba al horizonte. El mar se mostraba esplendoroso frente a mí, en total calma en esta época del año.

—¿Es en serio?

—Se ve mucho mejor en persona que en foto. Espero te gusten los muebles que...

—Papá—lo interrumpí—. Esto está fuera de la ciudad.

—Solo a 15 minutos. No es mucho, Virza.

—15 minutos de la zona turística. Además, esto es...

Giré, anonadada con el condominio, porque no era un departamento, no. Era un condominio de lujo. Lujo. Contaba con dos recámaras amplias, terraza, una increíble vista al mar, muebles con acabados de la mejor madera. Pisos relucientes... bueno. El edificio en si eran tres torres, donde, no solo servía como condominio sino también como hotel y, tenía una escuela de gastronomía, además, gimnasio, dos supermercados con muchos productos orgánicos y locales. Spa, albercas, jacuzzis, ludoteca... En términos cortos, era un sitio para millonarios.

Era mucho. Excesivo.

Mi padre podría ser el segundo al mando dentro del grupo delictivo más grande del estado, pero, quizá sorpresivamente para muchos, mi familia no era de gastos excesivos. No era de andar con súper lujos. Éramos moderados. Si, teníamos autos buenos, más no de alta gama. Si, nuestra casa era grande, más no una villa tipo Escobar ni Tom Cruise. Manteníamos un bajo perfil para no llamar la atención. Pero esto... Esto gritaba opulencia y la verdad no me sentía muy a gusto con este condominio. Claro, bonito estaba, pero un departamento así, para mi sola me resultaba demasiado.

—Esto es perfecto, Virza. Aquí estarás bien. Vivirás cómoda y yo estaré tranquilo de que vivas aquí.

—Pensé que buscarías un departamento chiquito, modesto, no este... palacio.

—No digas tonterías. Es tuyo completamente—me abrazó. Tragué saliva—. Mi pequeña va a vivir como la reina que es.

—Papá...

Iba a refutar, cuando me interrumpió.

—Mira. Te ensuciaste aquí—señaló a una pequeña mancha en la manga de mi camiseta. Mierda, con lo que me gustaba ensuciarme—. Tengo que limpiarte. Ya sabes como soy con la suciedad.

Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis...

—No es...

—Te limpiaré y luego, iremos al restaurante. Tienen un salmón con risotto que te encantará. ¿Si?

Siempre Incorrecta© (#1) +21 ✓ ✓ ✓ COMPLETA [SAGA INCORRECTA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora