10. UNA MARCA EN MI ALMA

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Era la primera vez que alguien me decía algo así. No supe cómo reaccionar. Siendo honesta, me dio miedo.

Pavor.

Regresé a casa. Para mi suerte hoy Damián llegaría tarde. Andaba con lo de sus prácticas en el hospital donde laboraba su papá. Don Ernesto era cardiólogo y su pareja, Héctor—el papá de mi querido amigo salió del clóset después de estar casado con Gaby por 17 años—era ginecólogo.

Estando sola tuve un colapso. Estaba confundida respecto a muchas cosas. Lo peor, no comprender por qué me sentía así, tan abrumaba por todo. Me dolía el pecho demasiado. Era punzante y me incapacitaba el respirar adecuadamente.

Me tumbé en la cama, llorando. ¿Por qué dolía tanto? ¿Por qué no entendía por qué dolía? ¿Era capaz de darle a Svahn lo que buscaba? Yo no era de esas chicas decentes que viven del romance. Yo no era la chica con la que los hombres quieren algo más que algo fortuito y eso estaba bien conmigo. Siempre lo estuvo. Abraham quiso dar ese paso, pero no dudó en tener sexo conmigo tan pronto como se pudo—la primera cita—. Intentó algo serio, pero yo lo repelaba como infección venérea, porque no me veía en ese plan con él, sin embargo, Svahn me hacía experimentar más. Me hacía desear más, anhelar un cielo inalcanzable para mí. La idea de algo más me enloquecía a tal punto de no poder evitar pensar que no era digna de él.

Todo era un desastre.

Me sentía... desconsolada.

***

Damián trajo tacos. Me platicaba sobre su día. Había sido ajetreado.

—Eres un flojo. ¿Seguro agarraste la carrera correcta? —pregunté, molestándolo. Damián le dio una gran mordida a su taco de adobaba.

—Todo por el dinero—respondió con la boca llena.

No mentía, pero tampoco era del todo verdad. Le apasionaba la medicina. Desde que tenía 11 años sabía lo que quería, a diferencia mía.

Comí un poco. Recibí un mensaje de Svahn. No lo leí.

—Qué hiciste todo el día, ¿eh?

"Cagar todo" pensé.

—Nada tan interesante como tú. Vi tele todo el día.

—Déjame adivinar. Viste por 351 vez Hotel Transilvania.

Reí.

—351 veces no es mucho.

—No, que va—mordió un pedazo de rábano.

—Oye...—alzó las cejas en acción de que me prestaba atención. Tragué saliva.

Era tan increíble que me sintiera tan pinche nerviosa por hacerle saber mi decisión de dejar la escuela. Es que, mi amigo era mi hermano mayor de otra madre. Siempre me regañaba por cada estupidez que hacía, siempre me tendía un hombro y todo su cuerpo cuando me sentía triste. Siempre me hacía segunda en tonterías. Se preocupaba mucho por mí. Demasiado. Nuestra historia abarcaba muchos momentos, desde el más negro hasta el más rosa.

Tomé aire. Damián lo tendría que aceptar, después de todo era mi vida.

***

Para mi desgracia, mi querido hermano del alma reaccionó como bien imaginé y como tanto no deseé. Estúpida. Pegó el grito en el cielo. Hizo un escándalo... bueno, actuó muy Damián. Lo peor, usar su carta secreta; llamar a mi segunda y amada madre; Gaby—su mamá—.

Siempre Incorrecta© (#1) +21 ✓ ✓ ✓ COMPLETA [SAGA INCORRECTA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora