3. DRÁCULA

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Permití que los chicos se entretuvieran con la presencia de las invitadas hot mientras yo, personalmente, atendía al extranjero.

El chico no se mostraba nada interesado en las mujeres con tangas y senos al aire, moviendo su cuerpo en un baile sensual.

A ver si no salía gay y adiós encanto...

—Me resulta raro ver a un hombre no interesado en el show de esas chicas—tenía que mencionarlo. Los hombres son morbosos por naturaleza, ¿no?

Nos fuimos a sentar en un rincón de la sala, siendo aún capaces de ver lo que ocurría en el punto principal de la fiesta.

—No son lo mío—probablemente mentía, sin embargo, me reservé mi comentario—. Kike me dijo que la hija menor de Isaías era muy guapa y veo que no mintió.

Me miró fijo, prestándome atención.

—Kike dice muchas cosas.

—Esta es cierta.

Esbocé una pequeña sonrisa. Bajé la mirada, arañando sutil un punto del mueble.

—¿Conoces a mi hermana?

Tenía una hermana mayor. Erzy de 28 años. Madre de una niña de seis meses, casada con un palurdo bueno para nada que se la vivía en las cantinas con sus amantes y acosando chicas. Su relación con mi hermana era más tóxica que la chingada, peor que las ranas neones.

Mi relación con mi hermana era nivel infierno.

—Sí, la conocí. No se parecen nada.

—Otro más que lo dice—musité—. Pero es la verdad.

Coloqué un mechón tras mi oreja.

Erzy era morena y de cuerpo curvilíneo. Grande de aquí, grande de allá. Cabello ondulado—rizos flojos—, ojos pequeños color café claro, labios delgados... Yo era rubia. Cuerpo delgado con lo suficiente de nalgas para no parecer una tabla. Pocas chichis también. Cabello lacio ahora pintado de turquesa y ojos grandes color azul. Tenía pocas pecas en mi rostro y parte del pecho. Lo único que más o menos compartíamos era la estatura. No solo en lo físico éramos distintas, también en personalidad. Éramos polos opuestos. No soportaba la actitud de Erzy. Se creía mejor que todos y no dudaba en dejártelo saber, como si el dinero de papi te hiciera mejor humano.

Estúpida.

Viva el amor de hermanas, ¿no?

—Quizá no sea correcto decirlo, pero eres más guapa que ella.

—Definitivamente tienes que decirlo y hacérselo saber a todos—indiqué con una sonrisa más grande—. Gracias.

—Solo digo la verdad. Eres muy hermosa.

Bajé la mirada de nuevo. Ay, este hombre me ponía toda nerviosa. Debía ser parte de su poder vampírico, porque ningún otro chico me había hecho sentir así.

—Así que negocios con mi tío, ¿eh? —comenté, calmando mis ganas de saltarle encima y constatar esos poderes milenarios—. Me sorprende que tenga socios en Rumanía. El viejo está algo loco y por lo que sé no le gusta mucho hacer negocios con extranjeros. Mi padre es el que le da consejos porque Igor es muy cerrado.

—Sabes sobre los negocios de tu familia.

Abrí la nueva lata de cerveza que tenía entre manos. Bebí, negando con mi cabeza al pasarme el sorbo frío.

—No mucho. Eso lo sé porque de casualidad escuché hablar a los chicos sobre eso.

—Bueno, pues precisamente fue Isaías quien hizo que esta sociedad fuera posible—dijo.

Siempre Incorrecta© (#1) +21 ✓ ✓ ✓ COMPLETA [SAGA INCORRECTA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora