6. EL VAMPIRO Y YO

88 15 7
                                    

Salimos de la fiesta apresurados, y para mi sorpresa nos topamos con Svahn cerca de la salida. La advertencia hecha por mi padre se esfumó así como me la dijo: en chinga. Entró por un oído y salió por el otro.

¿Alejarme de Svahn? ¿Con esa carita que se cargaba? Iba a estar muy cabrón lograrlo.

—¿Se van?

—Sí, suficiente drama por la noche—respondió Damián. Svahn me miró. Quizá notaba algo en mí, digo, mi rostro no sería el más calmado del mundo, no después de lo que viví.

El rumano no comentó nada.

—¿Te vas a quedar con los otros? —pregunté, curiosa.

—No, ya me iba también.

—La mejor opción—soltó Damián—. ¿Quieres raite?

***

En el camino Damián le propuso a Svahn pasar un rato "tranqui" en el apartamento. La noche no merecía acabar así y me serviría como distracción hablar con alguien más. Damián lo sabía también, no por nada es mi mejor amigo.

El rumano aceptó y eso me alegró como no tienen idea.

Damián se bajó en un OXXO a comprar botana y cerveza, principalmente para mí. Necesitaba ponerme una buena guarapeta y olvidarme de todo, si es que era capaz de lograrlo. Los recuerdos siempre llegan al día siguiente y difícilmente se van.

—Siento que hayas sido testigo del drama familiar.

—No sería una fiesta sin este.

—Cierto—reí—. Igual no debió haber sido nada divertido. Ni agradable.

Recargué mi cabeza en la parte trasera del asiento de Damián. Svahn iba como copiloto y yo atrás.

—No tienes que preocuparte por mí.

Qué bonito perfil tenía.

—No quiero que lo que presenciaste decida algo respecto a los negocios que mantienes con Igor. Ya sabes...

—No soy ese tipo de socio. Aunque no mentiré al decir que no me agradó la actitud de Igor.

—Sí, bueno. Viniste con la familia más tóxica del mundo—esbocé una mueca transformada en sonrisa—. Pero, hablo en serio, no quiero que...

—¿Por qué? —preguntó. Bajé la mirada, limpiando una parte de mi tenis con la punta de mi dedo.

—Porque no quiero que mi familia me eche bronca por hacer que el nuevo socio se haya ido—farfullé. Si eso llegara a pasar no quería imaginar todo lo que me dirían.

—No me iré—aseguró. Eso me gustó.

—Sabes, mi padre me prohibió involucrarme contigo—indiqué—. Porque es peligroso.

—¿Ah sí?

—¿Eres peligroso? —cuestioné, a pesar de saber que sí, porque nadie no peligroso anda metido en cuestiones de narcos.

Svahn se tomó su tiempo en responder.

—Tengo mi lado peligroso, como muchos, pero no soy irracional. Y no te pondría en peligro a ti. Mucho menos te lastimaría. No me gusta lastimar a mujeres—vaya dicción y fluidez—. Pero, si crees que conocernos te meterá en problemas con Isaías, entonces...

—No me importa—dije, quizá estúpidamente—. Soy mayor de edad, puedo tomar mis propias decisiones, además, no puedo pasar la oportunidad de conocer a un vampiro. Sería algo tonto, ¿no crees?

Siempre Incorrecta© (#1) +21 ✓ ✓ ✓ COMPLETA [SAGA INCORRECTA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora