Era la primera vez que era demasiado pensativa. Años atrás no me hubiera roto la cabeza por cuestiones de amor. Si no obtenía lo que deseaba—sexo—, entonces hubiera mandado a volar al chico, sin más, y pasaría al siguiente sujeto. No aceptaría las cursilerías del romance, ni cuestiones sobre el futuro, nada de eso me quitaría el sueño. Pero ese año atrás estaba atrás—valga la redundancia—, y mis temores brotaban a la superficie.
Svahn me hacía pensar mucho. O, tal vez no era él, precisamente, si no el miedo al rechazo. A enamorarme, más que nada. El amor era desconocido para mí. Siempre existía algo a cambio que dar. Nunca era sin interés. Lo que Svahn me quería dar... ¿podría yo cuidarlo?
Suspiré.
—Lo siento. Hoy no ha sido un buen día—musité. Svahn me pidió manejar. Lo dejé, porque mi mente era un caos y no quería tirar otra palmera.
Nos detuvimos en un semáforo.
—No te preocupes. Todos tenemos días así. ¿Qué quieres comer? Yo invito.
Bajé mis defensas. No estaba en peligro.
—Sushi. Tengo antojo de sushi.
—Ok. Dame señalizaciones.
Así lo hice. Bajamos en el estacionamiento y una vez el rumano estuvo a mi lado y sin analizar tantas las cosas, le permití a mi cuerpo actuar: entrelacé mi mano con la suya, anclándome a su calidez.
Comimos de lo más tranquilo. Le conté sobre la regañada que me dio Damián y la aparición de Gaby. Svahn me escuchó atento.
—Sería una pena que dejaras inconclusos tus estudios.
—Sí, supongo...Aunque creo que Damián solo llamó a su madre para que ambos pudiéramos realizar nuestro viaje de graduación juntos, como prometimos.
—¿Ah sí? ¿A dónde?
—Japón. Por eso ha estudiado el idioma. Yo también empecé el curso, pero no lo terminé.
—En cualquier estación del año Japón es bonito. Tiene muchas cosas que ver.
—¿Has ido a Japón?
—Sí, unas cuantas veces—dijo—. Me gusta ir en primavera. Los cerezos son hermosos y el clima es bastante agradable. Creo que para un viaje de graduación está perfecto.
—Lo sé, aunque para hacerlo realidad tengo que trabajar mucho. Será un viaje muy caro—reí, recordándome que tenía que buscar empleo lo más pronto posible.
Ansiedad activada.
—Falta un año. Muchas cosas pueden pasar en un año—expresó.
—Tienes razón.
—¿Has viajado mucho? —preguntó. Bebí de mi té frío. Ya habíamos terminado de comer.
—Se puede decir que sí. Con Damián y sus papás que me han llevado a sus viajes y algunos lugares cercanos con papá. Pero mayormente han sido viajes con Damián y su familia.
—¿A dónde has ido?
—A papá no le gusta viajar, le tiene fobia a los aviones, así que solíamos hacer pequeños viajes por carretera a Mazatlán y a Mulegé o Los Cabos. Conozco la mayoría de México gracias a Gaby y Ernesto. Cancún, Mérida, Chiapas, Veracruz, que es de donde es originaria Gaby, Guadalajara...—enlisté—. Y al extranjero de nuevo he ido con Damián. Gaby adora los tours. Me han llevado a Madrid, París, Roma, Londres, Ámsterdam... Con mis amigos he ido a Colombia, Canadá y claro, Estados Unidos. Y ya están pensando a donde ir en estas vacaciones de verano: España o Portugal.
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Siempre Incorrecta© (#1) +21 ✓ ✓ ✓ COMPLETA [SAGA INCORRECTA]
Romance[Libro 1 de la Saga Incorrecta] Virza es una universitaria de 21 años a la que su familia desprecia por "mentirosa" y para sobrellevar el dolor que carga y sus episodios de ansiedad, gusta por beber y drogarse. Siempre ha creído que nadie la querrá...