Siempre Incorrecta© (#1) +21 ✓ ✓ ✓ COMPLETA [SAGA INCORRECTA]

36. AVASALLANTE

Desperté temprano. O, mejor dicho, no dormí mucho.

Me acomodé muy pegadita a Svahn, mi cabeza sobre su brazo. Me abrazó, besando mi frente en un acto de amor profundo y sincero.

No podía continuar alejando a Svahn porque mi corazón ansiaba estar con él. Ansiaba que me protegiera, que me cuidara y me amara. Le haría caso a mi corazón y alejaría, lo más que pudiera, los pensamientos negativos de mi cabeza, esos que me llenaban de incertidumbre. Quería ser amada. Quería que Svahn no se fuera de mi lado.

—Me gustan tus tatuajes—emití, pasando mis dedos por las figuras indelebles en su brazo izquierdo—. Especialmente el de la espalda.

—Gracias. Me alegra saber que mi sufrimiento tuvo su recompensa.

—¿Te dolió mucho?

—No mentiré, dolió, pero no podía dejarlo inconcluso.

—La espalda es un punto sensible—recordé cuando me hice mi tatuaje en esa zona—. ¿Por qué un oni?

—A mamá le gustaba todo sobre los yōkai—los yōkai son criaturas mitológicas japonesas. Existen muchos tipos, fantasmas, demonios, espíritus...— . Le apasionaba el folclor japonés. Tenía muchos libros sobre ellos, y arte antiguo. Quería algo que me conectara con ella de alguna forma.

—Creo que hubiera quedado muy impresionada.

—Quizá—rio. Me encantaba escucharlo reír—. El tatuaje en tu espalda, ¿puedo saber lo que significa?

—Es un sello de transmutación alquímico. Para protección. En algún lado vi sobre estos e inmediatamente quise hacérmelo. Pensé que me protegería de...Perdón, no debería hablar de él.

—Toda tu vida está plagada de recuerdos y vivencias con él. Lo que quieras hablar, háblalo, Virza. Yo escucharé atento.

Respiré profundo.

—Papá odió que tuviera otro tatuaje. Con el primero él se enfadó demasiado y me quería obligar a quitármelo. Logré persuadirlo. No recuerdo como, pero lo logré. Cuando vio el segundo tatuaje... fue demasiado brusco. En medio de... me golpeó...—la voz se me quebró—. Pero después de tanto, no me importó. Cambié con él y llegué con un tercer tatuaje.

Reí. Esa fue mi etapa rebelde, cuando le contestaba a papá, me salía de casa, llegaba borracha y me acostaba con quien yo quería y decidía. Quería darle un mensaje. Quizá no sirvió de nada, pero, ¿qué más podía hacer, si me encontraba sin salida?

—Ojalá te hubiera conocido antes—masculló Svahn con pesadumbre.

Increíblemente después de un rato, caí dormida y para cuando desperté, el lado de Svahn estaba vacío. Pensé lo peor, cuando lo escuché hablando en un idioma distinto. A juzgar por el acento—si es que no me equivocaba—hablaba en alemán.

Su voz se hizo cercana.

Colgó el teléfono. Ya estaba vestido.

—¿Te sientes mejor?

—Un poco, sí.

—Vamos a comer.

***

Una vez bañada y vestida, bajamos al restaurante del hotel, donde Damián ya nos esperaba. En cuanto hizo contacto visual conmigo, me echó una gran sonrisa, de nuevo como si fuese el mismísimo Gato Risón. Tan pronto estuviéramos solos no dudaría en querer saber sobre lo ocurrido en la fiesta y con Svahn, pero ya al haber llegado juntos después de pasar la noche juntos decía mucho.