24. AQUELLOS QUE BUSCAN

42 7 1
                                    

Salir del sueño fue como salir desesperada de la alberca. Ese momento donde te estás ahogando y el aire entra de golpe por tu nariz hasta tus pulmones. O como cuando una ola te revuelca y luchas por respirar.

Despertar no fue fácil.

Despertar fue agobiante.

—¡Carajo! ¿Ahora qué hacemos? ¿A dónde vamos?

—¡Tu sigue manejando!

—¡Por todos los cielos! ¡No quiero morir aun!

Miré a los chicos alterados. Xavier conducía a exceso de velocidad por la carretera Escénica directo a Ensenada. Damián ocupaba el asiento del copiloto, volteando hacia atrás constantemente. Meche se encontraba a mi lado, igual de temerosa—o un poquito más—que los otros dos.

—¿Mercedes...?—pregunté, alzando la vista hacia la chica de cabello rizado que me protegía entre sus brazos.

Que extraño verla ahí. Verlos.

—¡Ah, Virza! ¡Despertaste! —me abrazó, pero inmediatamente me quejé—. ¡Ay! Lo siento. ¿Te sientes bien?

—¿Qué...? ¿Qué pasa? —inquirí somnolienta, las formas y sonidos no tan claros. Me encontraba mareada, como drogada.

Debía estar drogada porque no tenía control de mis extremidades. Todo daba vuelta. Todo era confuso. 

—Todo está bien. Solo estamos dando un paseo—rio nerviosa, omitiendo la realidad que se acontecía en elmomento. Nuestros cuerpos se agitaban por la velocidad excesiva del auto, algo fuera de lo normal, de estar solo "dando unpaseo".

—¡Métele al acelerador, verga! —gritó Damián con tono desesperado, asustándome. Meche me agarró con más fuerza, ignorando mi cuerpo mallugado.

—¡Eso estoy haciendo, pendejo! ¡Ya deja de mamar!

—¡Ay, cuidado! —chilló Meche.

—¡Ve pal centro!

—Puta madre...

***

—¡Hola, tigre!

—¿Te gusta el tigre?

—¡Si! Tigre hace grrr.

—¿Grrr?

—¡Grrr! Así tigre.

—¿Te gustan mucho?

—¡Si!

—A tu mamá también. Es su animal favorito.

—¿Mamá guta tigre?

—Así es. Te pareces mucho a ella. Tienes su sonrisa, su dulzura y el mismo tono de cabello. Eres igual de hermosa que ella.

—¿Mami me quere?

—Claro que sí, cariño. Te ama mucho, así como yo te amo. Eres nuestro regalo.

—Papi, quero lalo.

—¿Helado? Ok, ¿qué sabor quieres?

—¡Cache! ¡Cache!

—¿Chocolate? Muy bien, vamos. Dile adiós al tigre.

—¡Adiós tigre! ¡Adiós!

Un pasaje de mi vida. Tres años, si no me equivoco. Papá me llevó al zoológico local en Valle de Guadalupe. Fue un día soleado y con poca gente. Creo que era entre semana, por eso no había tanta gente. Veíamos a los tigres tras la gruesa reja verde de seguridad, recostados en lo alto de su torre disfrutando de los rayos del sol. Usaba un vestido blanco con estampado de ositos. Papá me cargaba entre sus brazos fuertes, hablándome sobre lo magníficos que eran los tigres. Yo era la niña de sus ojos. Me sentía protegida con él. Nada me podía pasar mientras estuviera con él.

Siempre Incorrecta© (#1) +21 ✓ ✓ ✓ COMPLETA [SAGA INCORRECTA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora