Siempre Incorrecta© (#1) +21 ✓ ✓ ✓ COMPLETA [SAGA INCORRECTA]

22. ANORMAL, ¿SIGUES DENTRO?

Me quedé a dormir con Svahn. Fue una total paz estar con él. Me ayudaba a no pensar en nada. Agradecí enormemente tenerlo a mi lado y deseé poder estar así siempre. Cualquier hombre ya se hubiera asustado con mis cosas. Cualquier hombre ya me hubiera dejado y librado de mis locuras. Pero Svahn seguía conmigo. Como dijo, él no era como otros hombres que tanto conocía yo. Él era él, tan lindo y comprensivo. Un apoyo enorme.

Como no adorarlo.

El lunes regresé a la realidad. Tenía un trabajo en equipo que presentar y aunque deseaba saltarme el día de estudios, no podía quedarle mal a las chicas.

—Te dejo los platos. Me voy que ya se me hizo tarde.

—Sí, sí, vete con cuidado.

—¡Nos vemos en la escuela!

Damián salió con prisa, enfundado en su bata blanca. Que color tan feo.

Con calma terminé de desayunar. Lavé los platos y luego saqué la ropa de la lavadora. Me tocaba lavar ayer. Cosa que no hice por andar con Svahn—bueno, se perdonaba, ¿no? —. Metí la ropa en la secadora. Tenía tiempo para dejar todo listo.

En eso mi celular sonó. Lo saqué de mi bolsillo, desbloqueando la pantalla. Era un mensaje de un número desconocido.

"No me creíste, pero aquí la prueba de lo que te digo. Para que no digas que no me importas. Es hora de que despiertes y veas la realidad, primita chula. Besos en el húmedo."

El estúpido de Paúl. Me mandó su mensaje con otro número porque bien sabía que lo tenía bloqueado. Solía chingarme siempre. Bueno, cuando no.

Su mensaje tenía un archivo adjunto. No abrí el mensaje, solo lo revisé mediante la barra de notificaciones. Analicé conmigo misma por cerca de diez minutos lo que haría. ¿Lo veía? ¿Valía la pena verlo? ¿Quería saber? Lo que hiciera mi padre me tenía sin cuidado. Si tenía una amante entonces que se dedicara a ella y me dejara en paz.

Final feliz.

¿Quería verificar la historia de Paúl? Capaz y me mandó una pendejada, conociéndolo...

Ah, maldita curiosidad.

Deslicé la barra, abriendo el mensaje, el video casi brillando en el fondo blanco de la conversación en WhatsApp.

Uno, dos, tres...

Maldito Paúl.

Oprimí el video el cual se puso en grande, cargándose.

Quizá era una mala, no, pésima idea verlo. Capaz y era un video de él y alguna vieja. O solo de él mallugándose el ganso.

Asco.

Para cuando quise volver atrás, el video se reprodujo.

Los gemidos resonaron fuerte, retumbando en el cuarto de lavado. La imagen no era muy clara al principio, pero luego la luz se adaptó a la grabación. Todo estaba en oscuridad, salvo una pequeña luz que iluminaba el lugar. Parecía una oficina.