Sábado 20 de septiembre de 1975
-Hey Evans, ¿escuchaste? ¡Soy Capitán y Buscador!- James sonrió, vistiendo con orgullo su nueva túnica que tenía, Potter, 7, bordado con hilo dorado en la espalda.
-Sí Potter, creo que toda la maldita escuela lo sabe- suspiró, poniendo los ojos en blanco.
Como era de esperar, James había conseguido su puesto principal en el equipo de Quidditch. Los merodeadores se habían enterado cuando a las siete de la mañana los despertaron bruscamente un James frenético que gritaba: -¡LO HICE DE MALDITA SEA!- a lo que recibió un gemido de felicitación de Peter, una almohada arrojada agresivamente por Remus, y un -¡Vete a la mierda!- de Sirius que odiaba que lo despertaran, especialmente los fines de semana.
-¿Y espero que estés en el juego en octubre para animarme?- Preguntó James, batiendo las pestañas con desmayo.
Lily tomó un sorbo de té, aparentemente aburrida -Bueno, por supuesto que estaré en el juego, estoy en Gryffindor por el bien de Godric.
-Pelirrojos,- susurró Sirius mientras se inclinaba hacia Remus, negando con la cabeza. -Difíciles que son.
El chico murmuró algún tipo de respuesta pero no estaba prestando mucha atención y Sirius no esperaba que lo hiciera. Después de todo, hoy fue uno de esos días.
Remus estuvo terriblemente callado durante todo el desayuno, volteando robóticamente las páginas de su maltrecho libro de bolsillo, gruesos círculos sombreados colgando bajo sus ojos que estaban vidriosos y opacos. Parecía que no había dormido en días, un aroma inquietante acunaba sus rasgos desgastados.
-¿Has comido?- Sirius preguntó preocupado.
Remus se encogió de hombros, manteniendo la cabeza gacha y concentrado en las páginas de su libro. -Sin hambre.
-Realmente deberías comer algo.
Remus lo calló, como de costumbre. -Quizás más tarde.
-Hoy es un 'ya sabes qué'- le recordó Sirius discretamente. Había memorizado cada fecha de luna llena durante los siguientes cinco años, pero ni siquiera eso era suficiente.
Remus se tensó, agarrando con fuerza el lomo de su libro, la ira le picaba bajo los dedos mientras su mandíbula se apretaba y los nudillos se volvían blancos. -Sí, Black, lo sé.
Sirius vio esto pero no le importó. Agarró un plato sobrante, amontonando tostadas, huevos, salchichas y un panecillo, luego se lo pasó a Remus.
Lo empujó hacia atrás, con voz ronca e irritada. -Te lo dije, no tengo hambre.
Sirius escuchó esto pero aun así no le importó. Tomó una taza vacía, la llenó con agua hirviendo, luego sacó una bolsita de té de manzanilla de un platillo y la dejó caer dentro. Sabía lo dulce que le gustaba el té a Remus, así que Sirius roció una cantidad excesiva de miel, tanto que le dolían los dientes con solo mirarlo.
Le pasó la taza a Remus, quien se la devolvió. -¿Estás sordo, Black? Te dije que no tengo ...
-Come algo- interrumpió, empujando el plato y la taza más cerca de Remus, quien lo miró con ojos oscuros y humeantes. Sirius respondió sin nada más que una mirada severa.
Rindiéndose, Remus tomó perezosamente una rebanada de pan tostado y se la comió, sus crujidos lentos y su rostro con náuseas mientras masticaba y tragaba. Remus nunca comió antes de la luna llena o incluso las noches anteriores, probablemente porque lo vomitaba todo después, pero Sirius solo podía asumir. Aún así, no iba a dejar que Remus se muriera de hambre, el chico era lo suficientemente delgado como era, pura piel y huesos.
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See The Rainbows In My Eyes [Traducción]
Fantasía[EN PAUSA] Historia hecha por themarauderz -Pero a veces se necesita angustia para que alguien se dé cuenta de lo bien que lo tuvo ... ADVERTENCIA: lenguaje, menciones de abuso, violencia, uso de drogas y alcohol, depresión, 18+ Fanfic de la era de...