Quinto año: Deslizándose entre mis dedos

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Miércoles 1 de octubre de 1975

I see the bad moon a-rising

I see trouble on the way

I see earthquakes and lightnin'

I see bad times today

Don't go around tonight

Well it's bound to take your life

There's a bad moon on the rise

-¡Sirius, apaga ese maldito disco!- Remus gimió, la voz ahogada mientras se sumergía más bajo las sábanas.

-Voy a usar Incendio en tu tocadiscos- amenazó James, extendiendo una mano desde detrás de las cortinas corridas en busca de su varita, derribando libros y sus gafas en el proceso.

Peter no se atrevió a objetar, habiendo sido un fantasma silencioso durante los últimos días desde que se tragó su mandrágora. Sirius no sintió mucha lástima. Que se sienta mal, él es el que la cagó.

Bailó hasta llegar a su cajón desordenado, Sirius empujó la ropa que prácticamente se derramaba por el borde hasta que encontró una camisa de vestir "limpia". Lo olió y un hedor oloroso le quemó los pelos de las fosas nasales. Sirius se atragantó, arrojando la camisa al otro lado de la habitación y buscando en los cajones de James.

-Joder, son las siete de la maldita mañana- gruñó Remus mientras el vinilo seguía girando.

-No seas un lobo amargado, Moony- bromeó Sirius con voz infantil.

-Vete a la mierda, Black- lanzó Remus, extendiendo su mano lo suficiente para aventarsela.

-Con mucho gusto- le guiñó un ojo.

Desde el comienzo del trimestre, Sirius había estado marcando los días hasta que finalmente pudiera deshacerse del primer mes agotador y disfrutar del siguiente. Octubre, desde niño, siempre ha sido su época favorita del año. No solo incluyó Halloween, fiestas, besuqueos secretos, bromas interminables y el comienzo de la temporada de Quidditch, sino que también trajo buenos recuerdos de él y su hermano escondidos en sus jardines y comiendo dulces mientras Sirius encantaba juguetes para que flotaran alrededor de sus cabezas. Hechizaba pelucas de neón en retratos antiguos, representaba obras de teatro renacentistas, se tapaba la cabeza con una sábana y fingía ser un fantasma, todo lo posible solo para escuchar las risas desbordantes de Regulus.

Había pasado toda su vida escondiéndose en las sombras y esperando que sus padres sacaran sus varitas y lo hicieran ahogar en sus propios gritos desgarradores, por lo que octubre fue su mes para tener una infancia, algo de lo que fue despojado antes de que él tuviera la oportunidad de saber cómo era.

Una vez que los otros merodeadores se despertaron irritados y Remus encantó al tocadiscos para que dejara de girar, los cuatro se dirigieron a la planta baja, Sirius diez veces más alegre que el resto. A pesar de que no hubo nada especial en ese día, Sirius no pudo contener su entusiasmo y sonrisas descaradas, entró al Salón y respiró profundamente mientras el olor a calabaza y hojas frescas de otoño llegaba a su nariz.

-Buenos días McKinnon- saludó Sirius, besando a Marlene en la parte superior de la cabeza antes de sentarse.

Ella lo miró con escepticismo y con una sonrisa juguetona -¿Qué es lo que los tiene a todos contentos?

-Octubre- respondió Sirius simplemente, el nombre sonaba tan agradable pero las cosas agradables nunca duraron mucho. El glorioso día en el que Sirius había estado prosperando solo se derrumbaría. Al menos en 1975, cuando estaban en medio de una guerra, los días agradables siempre se reducían.

See The Rainbows In My Eyes [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora