See The Rainbows In My Eyes [Traducción]

Quinto año: Nevadas

Sábado 29 de noviembre de 1975

-¡DESPIERTA!- Sirius sacudió furiosamente a James por los hombros hasta que juró que escuchó que le trono -¡James, maldito Potter, DESPIERTA!

James gimió delirante, las mantas lo envolvieron cómodamente. Trató de incorporarse, todo brumoso y confundido con una mata de pelo alborotado, pero solo se cayó de la cama con un fuerte golpe en el suelo. Cuando se las arregló para encontrar sus lentes en algún lugar de su mesita de noche, se los colocó tambaleante, parpadeo y luego entrecerró los ojos, inmediatamente se quitó las gafas y se derrumbó de nuevo en la cama con un suspiro dramático.

Sirius se volvió abruptamente. -¿Qué demonios estás haciendo?

-Durmiendo idiota, son las 2 de la mañana

Sirius puso los ojos en blanco, James se levantaría eventualmente. En cambio, cruzó la habitación, corriendo las cortinas de Peter. - Peter...- cantó Sirius con un acento victoriano alto como esas mujeres que usaban vestidos de fiesta hinchados y caras blancas mimadas. -Peter Pettigrew ...- Comenzó a pinchar su mejilla pero el niño, cuya boca estaba abierta y roncaba profundamente, ni siquiera se movió. Sirius gimió, luego respiró hondo. -¡ PETER JODIDO PETTIGREW!

Los ojos de Peter se abrieron de golpe, sorprendidos por el sudor, y lanzó su mirada en todas direcciones hasta que aterrizó en la cara de Sirius con una sonrisa traviesa -Buenos días nena.

Parpadeó -Sirius ... ¿Qué carajos?

Sirius se encogió de hombros, besando sus dos dedos índices y presionándolos contra la sien de Peter -Ahora levántate, mierda- Giró sobre sus talones, dejando a Peter desconcertado, saltó a la cama de al lado y se aclaró la garganta antes de gritar: -MOONY DESP-

-Ya estoy levantado- interrumpió Remus con calma, corriendo las cortinas para revelar su cuerpo encaramado contra la cabecera como si hubiera estado despierto todo el tiempo.

Sus rizos estaban ligeramente despeinados y su camisa de dormir estaba arrugada pero sus ojos, joder, sus ojos inyectados en sangre hicieron que el corazón de Sirius se detuviera. Si fuera posible pintar algo exhausto, los ojos de Remus serían el lienzo. Era como si alguien le hubiera untado hollín debajo de los párpados y luego hubiera dejado que se desvaneciera lentamente.

La molestia burbujeó en la boca del estómago de Sirius, no queriendo nada más que empujar un somnífero por la garganta de ese chico para que pudiera dormir un poco. Pero entonces Remus sonrió con esa maldita sonrisa de Moony y Sirius sintió que toda su ira se convertía en una delgada línea, olvidando por qué había estado tan molesto en primer lugar.

-Está nevando- reconoció Remus con esa elegante mueca de su frente.

-¿ES POR ESO QUE ME DESPERTASTE? ¡POR UN POCO DE ESTÚPIDA NIEVE!- James gritó desde su cama.

Sirius sonrió, en parte por el clima y luego en parte por esa maldita sonrisa que siempre lo ponía tan retorcido y nervioso -¡Claro que sí, ahora levanten sus traseros para que pueda jugar en la maldita nieve!

***

Fue verdaderamente un espectáculo. Cuatro niños, todos envueltos en abrigos que los hacían parecer el doble de su tamaño, sombreros aplastados en la cabeza, mitones, bufandas, botas de lluvia chirriantes, todo porque James se negó a que salieran al aire libre en el clima helado sin la ropa adecuada.

Pero Sirius no se quejó ni un poco porque una vez que se metieron bajo la capa de James, salieron a escondidas después de las tres de la mañana y salieron a los terrenos vacíos, Sirius no pudo evitar sentir el calor correr hacia sus mejillas congeladas.