See The Rainbows In My Eyes [Traducción]

Sexto año: Cambios

Miércoles 1 de septiembre de 1976

-¡Ja, te gané en pociones!- Bromeó James, señalando los resultados de su búho. Supera las expectativas.

-Maldita sea bien hecho, soy una mierda en Pociones.- Sirius leyó la lista de cartas en su pergamino, cargando simultáneamente su baúl mientras él y James caminaban por Kings Cross. Surfearon con una multitud de bulliciosos hombres de negocios y mujeres con faldas lápiz, paseándose como si el tren no estuviera listo para partir en cinco minutos.

Sirius obtuvo una puntuación sorprendentemente buena en Encantamientos, considerando su estado de sobriedad; Aceptable. El resto eran puntuaciones esperadas, Defensa Contra las Artes Oscuras; Extraordinario, Transfiguración; Extraordinario , Astronomía; Extraordinario, e increíblemente, Estudios muggles; Extraordinario. El resto fueron 'Supera las expectativas', excepto en Herbología, donde obtuvo una calificación de 'Aceptable'.

Hubo una punzada de orgullo al ver sus resultados, sonriendo a su pergamino. Tal vez podría hacer esto, estando solo sin familia de sangre, sin maldito dinero para pagar tutores privados. Tal vez podría ser un fugitivo y aún hacer algo con su patética vida. Al final, lo había hecho él mismo, nadie a quien agradecer, nadie a quien deber. Cómete a esa madre.

El pergamino de James prácticamente le tocaba la nariz, sin apenas prestar atención a hacia dónde se dirigía. -Además de eso obtuvimos lo mismo, espera- ¡Oi! ¡Te tengo en Encantamientos!

-Prongs, tenía resaca en Encantamientos- replicó Sirius, odiando estar en segundo lugar.

-¡Chicos, miren por dónde van!- Euphemia gritó desde atrás, sin aliento, caminando rápidamente en pantuflas que hicieron clic contra el piso impecable para ponerse al día.

A James le encantaba haber superado a Sirius en sus estudios, una pequeña competencia que han tenido desde el primer año. -¡Deja tus malditas excusas y admítelo, Yo..ow!- Estuvo a punto de caer de espaldas al chocar contra un hombre corpulento que esperaba en la fila de una taquilla. Tenía una barba desaliñada y se elevaba por encima de James, dándole una mirada desagradable como esos viejos que odian a los niños.

-¡James!- Euphemia lo regañó, acelerando desde atrás, con el bolso apretado para darle una bofetada.

Sus ojos color avellana se agrandaron. -Lo siento señor-, se disculpó James, petrificado por la voz de su madre, luego se escabulló.

-Karma-, se rio Sirius, golpeándole el hombro.

Las mejillas de James se encendieron de un rojo brillante. -Vete a la mierda-, se rio, arreglando sus lentes torcidos.

Corrieron a través de la pared de ladrillos, entrando en la plataforma del tren de vapor y vagones. Esta era la parte que Sirius temía, ver a sus padres, principalmente porque no quería encontrarse con sus padres. Pero afortunadamente Euphemia se apresuró a besar sus mejillas, arreglar sus corbatas desabrochadas, intentar arreglar el cabello de James y enviarlos al tren.

Caminaron por el pasillo estrecho, James al frente, buscando un compartimiento disponible. Los de primer año tenían la nariz y las manos presionadas contra el cristal empañado, saludando frenéticamente hacia afuera, con los ojos llorosos. Los de séptimo ni siquiera se molestaron en llevar sus túnicas, con tops y con pantalones de campana con parches y gafas de sol eléctricas. Mary e Ivan estaban sentados juntos en un compartimiento, enamorados, tomados de la mano, Sirius había olvidado que todavía estaban juntos. Lily estaba en otra sola, con el libro en su regazo pero mirando la pared fabricada, con el rostro impasible. Ni él ni James se quedaron a mirar demasiado tiempo.