Quinto año: Venganza

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Sábado 11 de octubre de 1975

-¿Hora? James llamó, tomando notas febrilmente en su diario.

-Medianoche-, respondió Peter, después de haber estado revisando viejos trozos de pergamino.

Sirius alcanzó su taza, a punto de tomar un sorbo, pero se desplomó cuando vio que no había nada dentro -¿Hay más café?

Remus movió su varita, una olla flotando en su dormitorio, y vertió una humeante cantidad en la taza de Sirius.

Él sonrió -Gracias, amigo.

***

-¿Hora?- preguntó Sirius, habiendo desechado la camisa de dormir, la habitación se estaba volviendo bastante calurosa.

-La una-, chilló Peter.

Sirius gimió, rascándose la cabeza -Joder, ¿encontraste algo?

-¿Tienes un mechón de pelo Troll?- Remus llamó desde su cama.

-...No.

-Entonces no tengo una mierda- Suspiró, abriendo un nuevo libro de texto.

***

-¿Hora?- bostezó James.

Hubo silencio.

Cogió su almohada y se la arrojó a Peter, que lo golpeó directamente en la cara. -¡Oi! Sin dormir, ¿recuerdas?- James lo reprendió.

Peter se despertó de un sobresalto, frotándose los ojos cansados ​​mientras miraba el reloj con los ojos entrecerrados. -Las dos cuarenta y cinco- refunfuñó, dejándose caer en su cama.

-Pete no te duermas- dijo con voz ronca Sirius, tomando su almohada y tirándola también. Falló, derribó una lámpara en su lugar.

***

-Ho ... ¿Hora?- preguntó Sirius, apenas terminando su oración sin que sus ojos se cerraran por el agotamiento. Nadie respondió, pero a Sirius no le importó. Cayó directamente a dormir.

***

Los fuertes ronquidos llenaron los dormitorios de los chicos. James yacía de espaldas, con la boca abierta mientras su pecho subía y bajaba con cada respiración, un libro de Transformaciones abierto sobre su pecho. Peter, en algún momento de la noche, se dirigió al baño, nunca volvió a salir. Remus, la última vez que Sirius había comprobado, todavía estaba en su cama, una luz brillante se iluminaba desde el interior de sus cortinas corridas.

Sirius estaba en el suelo, con la cabeza apoyada contra el pie de su cama, un libro de Pociones abierto en su regazo. Fue entregado a un sueño profundo y oscuro, su entorno tan tranquilo y silencioso. Su sueño fue vívido, la piel se sentía bastante cálida, bronceada, como si los rayos estuvieran resplandeciendo. La yema de su dedo rozó la hierba alta, tal vez el trigo. El aire era dulce, podía saborearlo, como miel o caramelo resonando en su lengua. Se le hizo agua la boca y le dio hambre de más.

Luego hubo un débil grito en la distancia, como una voz que lo arrastra hacia el mundo real. Le pinchó el oído, pero lo hizo a un lado, vagando más lejos en cualquier campo en el que se encontraba, pero Sirius recobró la conciencia cuando un chorro de líquido helado le empapó la cara, sobresaltando su corazón.

Escupió el agua, parpadeando a través de las gotas que se le pegaban a las pestañas. Su visión era nebulosa, un borrón oscuro pero una figura estaba agachada ante él.

-Despierta, idiota- sonrió Remus, alborotando su cabello húmedo.

Sirius gimió, tosiendo un poco de agua que le había subido por la nariz, con los párpados pesados ​​y mirando alrededor de su dormitorio. Todavía estaba oscuro, brumoso, con un aroma espeso con el olor a granos de café. Pergaminos y libros de texto cubrían cada espacio abierto, su camisón desechado en un baile junto al tocador. Manchas de luz de las estrellas brillaban a través de su ventana e iluminaba las esquinas de las tablas del piso, su brillo le picaba en los ojos sensibles, haciéndolo hacer una mueca de dolor.

See The Rainbows In My Eyes [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora