Quinto año: Estoy orgulloso de ti

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Viernes 10 de octubre de 1975

Hogwarts todavía estaba conmocionado, pero al igual que cualquier otro ataque, lo dejaron a un lado. Siempre empujando, siempre tratando de olvidar, de fingir.

Sirius odiaba que estuvieran ignorando toda la muerte pero, de nuevo, necesitaban escapar. Solo un poco de falsa realidad. Esta no era su guerra para luchar, eran solo niños, niños inocentes que casualmente estaban atrapados en un fuego cruzado.

Se merecían algo de felicidad, incluso si debajo de todo había un vacío listo para tragarlos enteros.

La escuela estaba a tope con Quidditch, el primer partido de la temporada, Slytherin vs Gryffindor. Esta ya era un dúo acalorada, pero Sirius tenía un odio y un resentimiento desconocidos por la casa que hacía que esta victoria fuera cada vez más terrible.

Slytherin ya no era Slytherin para Sirius. Fue, "Toujours pur!" gritando en sus oídos. Era la sangre espesa y vergonzosa que corría por sus venas. Era su madre que se elevaba sobre él con esa mirada maníaca en sus ojos de rabia y decepción. "¡Insolente! ¡Patético! ¿Dónde está tu nobleza, Sirius?" Sus palabras siempre estaban atrapadas en su cabeza, recordando que no importaba cuánto intentara luchar, escapar, sacudirla, ella siempre estaría ahí, esperando.

Así que tenía que ganar este partido, ganar esta guerra en la que había estado atrapado toda su vida, o al menos morir luchando.

-Merlin James, más despacio- se rió Sirius mientras miraba a James tomar una copa entera de café puramente negro tan rico que podía oler sus granos con cafeína desde el otro lado de la mesa.

El chico jadeó en busca de aire una vez que hubo terminado, tosiendo un poco, pero sonrió mientras se limpiaba la boca con el dorso de la manga. -Tengo que estar completamente energizado, Black, no hay tiempo para holgazanear, ¡este es el gran juego!- declaró con la sonrisa más juvenil desplegada, el habla saliendo rápidamente mientras su cuerpo y mente zumbaban en adrenalina.

-James, prácticamente corres con azúcar, creo que estarás bien- dijo Marlene, pero James los ignoró a ambos mientras se servía otra taza. Eso ni siquiera tocaba el hecho de que había estado cargando carbohidratos durante la semana pasada, ahora con un plato lleno de pasta picante, más de lo que Moony solía comer, que era mucho.

-Merlín Potter, estás comiendo más que Remus- jadeó Marlene cuando James se sirvió una segunda porción.

Hizo girar su tenedor en su montaña de espaguetis, se lo metió en la boca y sorbió los fideos mientras mantenía un fuerte contacto visual con Marlene para burlarse de ella.

-James, eso es repugnante- se atragantó, mirándolo con náuseas.

-Es para el partido- protestó con un bocado de comida, la salsa se untó en los labios como un niño pequeño.

Marlene se estaba poniendo pálida. -Voy a vomitar.

-Si es así, hazlo ahora, no quiero que vomites en tu escoba.

Ella sacó la lengua, arrugando la cara, James respondió con lo mismo. Oh, cómo se peleaban esos dos.

-Hola chicos, Marls- saludó Mary, acercándose a los tres con un salto en su paso, un taconeo agudo de tacones contra la piedra mientras caminaba.

-Te ves ...- comenzó Sirius, inspeccionando su atuendo con una sonrisa maliciosa -... festiva.

La chica tenía lazos rojos y dorados atados en el cabello, con uno de los viejos suéteres de Quidditch de Marlene que le llegaba hasta las rodillas, tan grande que le funcionaba como vestido, acompañado de medias de rejilla negras y tacones de aguja rojos. Los colores brillantes contra su piel de tonos fríos la hacían lucir radiante, soleada.

See The Rainbows In My Eyes [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora