t r e s

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—Buenos días, roomie —saludó Sirius.

Ava lo ignoró, todos los 'días' era lo mismo. Dormía y en cuanto despertaba, había un sonriente Sirius Black frente a ella, saludándola y esperando entablar una conversación, muchas veces lo hacía, comenzaba a hablar solo ya que la rubia jamás respondía. La mayoría de sus pláticas eran sobre Hogwarts, lo feliz que había sido ahí y lo mucho que lo extrañaba; para sorpresa de Ava, jamás hablaba de sus amigos, simplemente hablaba de Hogwarts, recordando lo que había hecho, sin mencionar si había más participantes. Supuso que era por Pettigrew, quizá no quería recordar que los había traicionado. O quizá se habían distanciado al salir de Hogwarts, no estaba segura, no era que los frecuentara mucho, por no decir nada.

—¿Así que ese es tu plan, Malfoy, no volver a hablarme nunca? —rió—. Sería un buen plan si no estuviéramos en Azkaban, solos, con nuestra única compañía.

La rubia lo ignoró, aún estaba molesta con él y ni siquiera las ganas de hablar cambiarían eso.

—Lo siento, ¿oíste? No creo que hayas inmiscuido a tu hermano en nada, seguramente fue al revés.

Ava lo miró, Sirius la contemplaba a través de los barrotes, dejando ver la desesperación en sus ojos, en su voz. Sabía que no podían dejarse solos, se volverían locos.

—No me inmiscuyó en nada —respondió, tajante.

Sirius frunció el ceño.

—No entiendo, ¿tú nunca serviste a Voldemort?

—No.

Y dicho esto alargó el brazo y se lo mostró, nada. Ni un solo rastro de la marca.

—Vaya, Malfoy, siempre pensé que...

—Todos lo hicieron —interrumpió—. Sobretodo el Ministro, debiste ver su cara cuando me atrapó... Finalmente estaba tomando las riendas, defendiéndonos de Quien-Tú-Sabes —la rubia rió—. Patético.

—Si te hace sentir mejor, conmigo fue igual. Finalmente había atrapado a Sirius Black, el asesino de trece muggles.

—¿Mataste a trece muggles?

Sirius rió y Ava se dio cuenta de lo demente que se escuchaba, seguramente ella sonaba igual.

—Peter lo hizo, justo cuando estaba a punto de atraparlo. Incluso se cortó el dedo el muy cabrón... Cuando llegaron los aurores, sólo estaba yo rodeado de muertos y el dedo de Pettigrew; no pude evitarlo, me solté a reír. Había ganado, Peter Pettigrew nos había vencido a todos.

—No comprendo, ¿cómo escapó Peter?

—Es un animago, una rata.

—Bastante adecuado —murmuró Ava.

Black sonrió sin ganas.

—¿Qué hay de ti, Malfoy, cómo te atraparon?

Ava hizo una mueca antes de comenzar a hablar.

—No es tan buena como tu historia —sonrió—, la mía es algo ridícula ha decir verdad.

—No me digas que te atraparon mientras estabas con alguien —se burló Sirius haciéndola reír.

Por un momento se olvidó de todo, de dónde estaba y por qué, simplemente rió y Black la imitó. Rieron por un rato, ya ni siquiera les causaba gracia el comentario del pelinegro, simplemente era reír por reír, porque llevaban mucho tiempo sin hacerlo.

—Casi —sonrió—. Estaba en la ducha cuando llegaron —Sirius rió—, tuve que pedirles tiempo para vestirme.

—Seguro el Ministro fue el primero en entrar —se burló.

—Casi corrió cuando avisé que me estaba bañando.

Ambos rieron.

—No lo puedo culpar, de haber sido yo, me hubiera aparecido junto a ti.

Ava rodó los ojos y Sirius sonrió.

—¿Qué? Es bastante tentador.

—Y más para alguien como tú —sonrió.

Sirius frunció el ceño.

—¿A qué te refieres con alguien como yo?

—Por favor, Black, lo único que te detenía para conquistar una chica era la edad y eso sólo si iban en primer curso.

El chico la miró ofendido.

—Para tu información, jamás me lié con nadie de segundo curso.

Ava soltó una carcajada.

—Te recuerdo que cuando yo estaba en segundo curso lo intentaste.

—¡Eso es porque yo iba en tercero! Y me rechazaste, además.

La chica sonrió burlona.

—No puedo creer que pensaras que iba a aceptar.

Sirius se encogió de hombros.

—La peor batalla es la que no se lucha —sonrió y Ava puso los ojos en blanco.

—Creo que, después de todo, no es tan malo tenerte a ti.

—Cuidado, Malfoy, que estás por aceptarme la oferta —la rubia rió—. Sólo como recordatorio, sigue abierta.

—Suena tentador —se mofó.

—Lo es, sólo piénsalo, rubia.

Ava sonrió y negó con la cabeza. Comenzaba a caerle bien Sirius.

azkaban || sirius blackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora