d o c e

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Sirius observó a la rubia dormida frente a él, estaba recargada contra los barrotes de la celda y tenía los labios entreabiertos, eso hizo sonreír a Black. Ava era bastante bonita, disfrutaba de mirarla y observar sus constantes gestos al hablar o pensar, podía saber si se trataba de algo bueno o malo con sólo mirar su rostro. Le gustaba eso de Malfoy, su expresividad.

Sabía que el tema de Regulus la había dejado pensando, a él también. No podía creer que su hermano hubiera estado involucrado con Malfoy, ¿por qué lo estarían? A simple vista podía verse que no tenían nada en común y que se trataba de uno de los muchos matrimonios arreglados entre familias 'puras'. Aún así, Ava tenía razón en algo, Regulus era muy amable, todo un caballero solía decir su madre. Quizá por eso la rubia había reparado en él, no es que su hermano menor fuera muy interesante. Simplemente tenía buenos modales.

No quería reconocérselo en voz alta, pero estaba algo celoso. ¿Qué había visto Ava en su hermano menor? ¿Por qué había pensado en él al preguntarle si había estado enamorada? ¿Habían tenido una relación cercana? Todas esas preguntas y muchas más comenzaron a amontonarse en su cabeza, haciéndole imposible cerrar los ojos, ya que no paraban de hostigarlo.

Quería preguntarle más detalles a Malfoy pero cómo lo haría, tampoco deseaba verse desesperado o tremendamente interesado en su relación con Regulus. ¿Qué podía hacer? Quedarse con la duda no era una opción, pero tampoco preguntárselo.

Suspiró, ¿desde cuándo era tan difícil entablar conversación con una chica? Y no cualquier chica, se trataba de Ava Malfoy, su compañera de celda y su... ¿amiga? No estaba seguro de ser amigo de la rubia, pero le gustaba pensar que sí, que se habían convertido en amigos.

Intentó recordar las veces que Malfoy había ido a su casa, cómo se comportaba con Regulus o qué hacía él al verla. Siempre se sentaban juntos pero eso era normal, estaban comprometidos. Aún así, nunca los había visto hablar, ambos se limitaban a comer en silencio y esperar a que alguien les preguntara algo, si no podían permanecer callados durante horas. No entendía por qué Malfoy creía estar enamorada de él, no había chispa entre ellos, nada. Eran un matrimonio arreglado y nada más, o al menos eso quería creer.

¿Qué podían tener en común? Ambos eran bastante tímidos y alumnos sobresalientes aunque dudaba mucho que hablaran de las materias todo el tiempo, debía existir algo más que los uniera si es que Malfoy consideraba haber estado enamorada de su hermano menor.

—¿De nuevo con esa mala costumbre de mirarme mientras duermo? —preguntó Ava, sobresaltándolo.

—Qué puedo decirte, Malfoy, vivo de malas costumbres.

La rubia sonrió.

—Si no te conociera, diría que sigues pensando en lo que hablamos.

—Suerte que me conoces —sonrió sin ganas—. Es sólo que no entiendo tu relación con Regulus.

Ava rió.

—Era amable conmigo —repitió—. Nunca fui de muchos amigos, por no decir ninguno, Regulus fue lo más cercano que tuve a eso.

—Ahora que lo pienso, no sé por qué no fuimos amigos, nos tuvimos cerca muchas veces.

La chica soltó una carcajada, haciendo sonreír a Sirius.

—Supongo hacía falta ser nuestra única opción.

—Eso y una temporada en Azkaban.

Observó a Ava sonreír y se detuvo a pensar por qué nunca antes había reparado en ella, no así al menos. La rubia llamaba la atención de sólo mirarla, no entendía por qué no había intentado conocerla antes, había estado en su casa cientos de veces y nunca habían intercambiado palabra salvo para saludarse.

—Sigo pensándolo —admitió Sirius—. Pudimos haber sido amigos también.

Ava asintió.

—¿Lo crees?

—¿Tú no?

La chica se encogió de hombros.

—No soy tu tipo, supongo.

—¿A qué te refieres con eso? —preguntó Sirius, visiblemente desconcertado.

—Pues... —suspiró— Siempre fuiste popular, ¿sabes? Se hablaba bastante sobre ti, el revoltoso y mujeriego Sirius Black. Yo en cambio siempre fui...

—Un misterio —interrumpió Black—. Nunca dejabas a nadie acercarse, Malfoy, vivías en un mundo ajeno a tu alrededor.

Ava sonrió levemente.

—Un misterio debería ser interesante.

—¿Me dirás que no lo eres? Porque eso sería mentirme y acordamos no mentirnos.

—No recuerdo haber hecho esa promesa.

—Va implícita, rubia, hacemos nuestras necesidades en un cubo, cualquier incógnita que pudiera existir desapareció en ese momento.

La chica rió y Sirius la imitó. La risa de Ava aún sonaba como la de una niña pequeña riendo, nada parecida a los alaridos de Bellatrix.

Aunque nunca lo reconocería en voz alta, Ava seguía siendo esa chica cautivadora que su familia le había presentado. Misteriosa, brillante y, a su vez, tierna y simpática. Era, a su manera, perfecta.



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azkaban || sirius blackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora