v e i n t i s i e t e

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Ava Malfoy entró a Grimmauld Place seguida de Severus Snape, quien apenas había mascullado un "hola", cosa que la tenía sin cuidado, no es que Snape y ella fueran cercanos, todo lo contrario: habían mantenido una relación cordial mientras estaban en Hogwarts pero lo detestaba por no haber dicho la verdad sobre Lucius y, sobretodo, porque el mortífago nunca había pisado Azkaban. Odiaba a todos los que no lo habían hecho.

La rubia llevaba el cabello recogido en una coleta y un elegante abrigo negro que le llegaba a las pantorrillas. Usaba unas botas negras de tacón y unos pantalones del mismo color. De sólo mirarla llamaba la atención, era una mujer bastante notable.

—Black —dijo a manera de saludo en cuanto entró a la cocina.

Había decidido dejar de comportarse como una cría, si Sirius Black quería comportarse como un idiota, bien, ese no era su problema y tampoco tenía por qué caer en sus juegos infantiles. Se limitaría a ser cordial, hola y adiós, no estaba dispuesta a entablar ningún tipo de conversación con él.

La reunión de ese día había sido bastante aburrida, ni siquiera entendía por qué la habían convocado. Sólo habían asistido Black, Molly Weasley, Snape y Tonks. Evidentemente, había sido una junta bastante incómoda y con cientos de rencores sacados a la luz, no era novedad el odio mutuo que sentían Sirius y Snape, tampoco que Molly creía que Black era una mala influencia para todo ser vivo y que Tonks aún sospechaba de Ava. La rubia se mantenía imparcial, le desagradaban todos por igual.

Duró alrededor de treinta minutos, nadie había soportado entablar una conversación además de que Navidad se acercaba, evento que los tenía bastante distraídos a todos, en especial a Molly.

—Ava, espera —escuchó decir a la pelirroja cuando se disponía a salir del comedor.

La rubia la miró.

—Arthur y yo invitamos a varios miembros de la Orden del Fénix a pasar Navidad con nosotros, quisiéramos que vinieras.

Ava sonrió levemente, estaba segura que nunca antes la habían invitado a nada.

—Será un placer —sonrió la rubia, ganándose una sonrisa por parte de la pelirroja.

—Nos veremos, entonces —dijo y después se volvió hacia Black—. Tú también, Sirius.

El hombre asintió y Ava se abstuvo de rodar los ojos, ¿es que Sirius Black la perseguiría por el resto de su vida? Parecía que sí.

Observó a Sirius unos segundos antes de salir del comedor, utilizaba su clásica túnica color marrón con una camisa morada debajo, la cual tenía la mitad de los botones abiertos dejando ver su pálido pecho. Usaba bigote y llevaba el cabello alborotado, tal como lo había tenido siempre en Hogwarts.

Sus ojos se encontraron con los de Black, quien la miraba dolido. Ava estaba segura de que Sirius sufría más que ella, podía verlo en su mirada, sus ojos la observaban detenidamente, haciendo una pausa en sus labios. Sabía que el remordimiento lo inundaba desde el día que había decidido dejarla en Azkaban, el hombre estaba muy delgado y cada vez más pálido, hablaba poco o nada y no recordaba haberlo visto comiendo algo más que un bocado. Mentiría si dijera que no le preocupaba ver a Sirius así, le dolía verlo pero su traición le dolía mucho más. El orgullo del Gryffindor era tanto que prefería destruirse antes que pedir una disculpa.

—Nos veremos en Navidad, entonces —dijo Sirius sin dejar de mirarla.

Ava asintió.

—Vaya suerte —masculló—. Te veo en unos días —dijo la rubia a manera de despedida.

Sirius la tomó del brazo antes de que pudiera salir de la habitación, quemándole la piel con su contacto.

—Lo siento —habló Black, mirándola. Ava sabía lo mucho que le costaba hacerlo.

—Deberías —murmuró la rubia.

El hombre respiró con fuerza.

—No sé qué más esperas de mí, rubia, ya me disculpé, he estado esperándote por meses...

Ava rió sin ganas, interrumpiéndolo.

—¿Ya te disculpaste? —preguntó burlona—. Sí, Black, yo también puedo forzarme sobrehumanamente para emitir un "lo siento" y eso no significa que vayan a perdonarme. Me dejaste en Azkaban —dijo, intentando que su voz no se quebrara—, me abandonaste por dos años y ni siquiera puedes reconocer que eres un idiota egoísta, ¡te tomó meses decirme un vacío "lo siento"! Y todavía te ofendes porque no te perdono —rió—, sí que eres arrogante. Esto no es Hogwarts, Black, no todo gira en torno a ti y tampoco basta con poner tu patética sonrisa ladeada para conseguir lo que quieres, ¿oíste? Estoy harta de ti, de tu inmadurez y de tus penosos intentos de disculpa. Me abandonaste y nada va a cambiar eso.

Sirius la miró sin saber qué decir, simplemente con los ojos cristalizados y aún sin soltarla.

—¿Y te digo qué es lo peor de todo esto? Que sigo siendo estúpida y esperando que vuelvas a mentirme con un te quiero —sonrió sin ganas, dejando que las lágrimas le bajaran por las mejillas—. Yo sí te quiero, Sirius Black, y no, no es una mentira por lástima como la tuya —respiró con fuerza, haciendo una pausa—. Sí te creí, Black, sí conseguiste engañarme y estuve semanas sufriendo por ti, sin saber si estabas vivo o muerto, cuando en realidad te paseabas por la libertad pensando en tu ridícula venganza.

Ava se soltó de su agarre de un brusco movimiento, sin importarle si lastimaba a Sirius.

—Eres un mentiroso —escupió con odio— y eso no te lo perdonaré nunca.




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azkaban || sirius blackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora