𝐂𝐍𝐂𝐎 | 𝟐𝟒

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—¿Quién? —pregunté en voz alta a la persona que estaba golpeando

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¿Quién? —pregunté en voz alta a la persona que estaba golpeando. Nadie respondió.—¿Quien es? —nuevamente elevé la voz.

No iba a abrir sin saber quién es y yo ya sentía el miedo en mis patas. Encima ya estaba cómoda bajo las colchas después de una tarde con Joel y Johann, dónde mis pies me pedían a gritos descansar.

—Nosotros, ___ —reconocí esa voz. Christopher.

—¿Nosotros quién? —me levanté despacio y esperé a que respondieran.

—Abre la puerta, tonta —dijo Chris causándome gracia por su tono de voz.

Abrí la puerta y ahí estaba, junto con Zabdi. Me hice un lado y los dejé pasar, de inmediato se tiraron en la cama. Antes de cerrar, saludé a Ethan que al parecer recién llegaba de lo de su amigo.

—Ustedes siéntanse en un palacio con el espacio más grande del mundo —rodee los ojos y me acerqué a ellos.—Mínimo déjenme un lugarcito —traté de sentarme entre medio de ambos pero me sacaron. Volví a forcejear pero de igual forma, me sacaron.

—Somo' lo' invitado', es tu obligación dejarno' lugar —comentó Zabdi ocupando el lugar libre que quedaba en la cama.

—Ja, yo jamás los invité, así que no se hagan los boludos que me estoy cagando de frío. La cama es lo suficiente grande para que me dejen acostar.

—Vinimos a verte y nos tratas así, como anfitrión sos muy mala —Chris tironeo de mi brazo y me hizo sentar entremedio, como lo quise hacer hace minutos atrás.—Vinimos porque te hemos extrañado y porque luego tenemos que volver a LA —me abrazó.

—Que tierno —pellizque sus cachetes—. Pero me hubiesen mandado un mensaje para encontrarnos en otro lugar para tar más cómodos.

—Lo hicimo', Sol, pero tú ni has respondido, mira que hasta tuvimos que venir —dijo Zabdi haciendo unos raros movimientos con sus manos.

—Cieeerto, después de hablar con ustedes dejé el celular y salí sin él, y hasta ahora sigo sin tocarlo. Ahí no más está —expliqué señalándolo—, aparte pensé que Joel les había dicho que estaba con él, como lo encontré en la calle.

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