Cap 20. 🌜

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Ana

—!Me vas a decir que estás! ¡¿Que?!.— la voz de mi madre se hizo presente en el baño, desde el marco de la puerta

Cagué

Enseguida todos los presentes nos pusimos pálidos del miedo, una sensación de adrenalina recorrió mi cuerpo.

¿Desde hace cuanto estaba ahí?

Juli me miró rápido tratando de ayudarme pero era obvio que ya nada me podía salvar.

Manuel carraspeo la garganta en señal de incomodidad.

Por mi mente solo pasaba el miedo, no quería que mi vieja se enterará así, yo quería explicarle y decirle todo lo que pasó, no sabía como iba a reaccionar pero tenía una esperanza de que reaccione bien.

—¡¿Me vas a decir?!.— volvió a alzar la voz, enojada

Mi cabeza no reaccionaba, no podía ni moverme si quiera, estaba en completo shock.

Mis amigos igual no decían ni una palabra, no querían delatarme, pero literalmente ya estaba más que delatada.

Mi vieja ya cansada de que yo no emita ni un solo sonido, bufo y me fulmino con la mirada, para después desaparecer de mi campo de visión.

Ahí todos mis sentidos reaccionaron y corrí a seguirla, sintiendo un nudo en la garganta.

Tenía miedo…

Tenía miedo de que ella se decepcionara de mi, o que no me apoyará, que me diera la espalda, que no me creyera.

Mis amigos me siguieron, hasta que llegamos al living dónde mi vieja estaba en el comedor tomando una vaso de agua.

Juli me dió una última mirada y susurro un: "suerte, luego nos vemos, y perdón", antes de salir por la puerta de mi casa, acompañada de Manuel

Yo solo asenti, para después caminar a pasos temerosos a mi madre, quien ni si quiera me miraba, ella veía su vaso de agua, como si fuera lo más importante.

—Ma'…— murmure sintiendo mi voz temblorosa

Ella no respondió

—Mamá…— quise tomar su mano pero ella la aparto rápidamente —Mama, deja que te lo explique.— mis lágrimas amenazaban salir por octava vez en el día

Mi vieja me volteo a ver cómo si hubiera dicho la peor ofensa a su persona.

—¡¿Que me vas a decir Ana?!, ¡Cómo lo engendraste con Mauro!.— alzo la vos sumamente molesta

Yo a este punto ya era un mar de lágrimas, pero negué frenéticamente.

—N-no hi-ce nada con Mauro…— solté casi inaudible

—¡AHHH SI CLARO!, ¡Y nosotros somos millonarios ¿No?!.— me miró sarcástica

—Deja-me ex-pli-carte… na-da e-s co-mo l-o pie-nsas…— tartamude

—¡¿Así?!, ¡¿Entonces como es?!, !No hay nada que explicar Ana Lindoro!.— me reprochó

—Por favor ma'…— suspire soltado el mar lágrimas

—¡Por qué no te cuidaste Ana!, ¡Vos sos muy precavida con eso!, ¡No puede ser que de un día para otro me digas esto así!, ¡Vos sabés lo difícil y duro que trabajamos para tener un plato de comida!, ¡No podemos mantener a un nene más Ana!, ¡No seas egoísta!.— grito

Cᴏɴᴛɪɢᴏ / Tʀᴜᴇɴᴏ 🌜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora