Cap 32. 🌜

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Ana

—¿Estás bien?.— pregunto el morocho a mi lado, tocándose un poco la cabeza por el golpe.

Yo aún en desconcertada, cerré mis ojos con fuerza, sintiendo un pequeño líquido caliente, caer por mi nariz.

Una vez que puede obtener la conciencia, con mi dedo índice me limpie aquel líquido, que literalmente solo era una gotita de nada.

Un vez que me limpie, puede notar que era sangre…

¡Ay no! Este Pelotudo me saco sangre!

Rápidamente gire a verlo mal.

—¡¿Vos te caiste de chiquito o que?!, ¡¡Casi nos matas idiota!!.— semi grite mientras lo fulminaba con la mirada —¡¡Y pero aún peor, casi matas a una vieja!!, ¡PELOTUDO DE MIERDA!.— grite mientras bajaba del auto

Está sumamente enojada, por su irresponsabilidad, estoy embarazada y no fue conciente de ver el camino, para evitar accidentes.

Va matar al bebé si sigue así

Aún que tenía mucha bronca encima, una vez que salí del auto, corrí a auxiliar a la señora que casi arrolla el joven Palacios.

—¿Está bien señora?.— pregunté mientras la sacaba de su shock

Claramente estaba asustada, no vas por la vida, siendo casi arrollada por un inconsciente.

—S-si…— tartamudeo, una vez que reacciono y salió de su shock, su expresión cambio a una de enojo, obvio —¡¡Deberían fijarse!!, ¡¡Son unos inconscientes!!.— me atacó mientras me apuntaba con su dedo

—Lo siento tanto…— me disculpé abrumada —Si fuimos unos inconcientes, tiene todo la razón.— baje mi cabeza apenada

—¡¡PELOTUDA!!, !!NO ME SIRVEN TUS DISCULPAS AHORA!!.— me grito en la cara

En eso Mateo salió del auto, totalmente serio, con su ceño ligeramente fruncido.

—¿Que pasa aquí?.— uyyy no puede ser más descarado el hijo de puta

—¡¿Cómo que que pasa aquí?!.— respondió la señora —¡¡CASI ME MATAN INCONSCIENTES DE MIERDA!!!.— grito toda exaltada —¡¿Que acaso no piensan?!, ¡¡No deberían dejar conducir a personas como ustedes!!.— aquella viejita se acercó amenazante a mi, literalmente como si me fuera a soltar una piña

En ese momento Mateo reaccionó, y corrio a mi "auxilio", poniéndose enfrente de mi, aún serio.

—Ey, ey, tranquila señora.— tomo ligeramente mi mano, para darme seguridad —Sé qué me equivoqué, y usted puede hacer o decir lo que quiera, pero conmigo, conmigo desquitece o mándeme a la mierda si quiere, pero ella esta embarazada y no da, que le venga a querer hacer bardo, a ella que no tiene la culpa.— me defendio

—¡¡Váyanse a la mierda los dos!!, ¡¡Jóvenes inconcientes!!.— alardeo a punto de explotar, para después darse la vuelta e irse.

Mateo y yo suspiramos al mismo tiempo, sintiendonos unos completos idiotas.

Mire a mi alrededor y pude notar, que había mucha gente observando la situación, viéndonos mal muy mal.

En si el morocho tenía la culpa, pero aún así ya no diría nada más.

Cansada del desastre que hay en mi día a día, me di la vuelta, para volver a el auto, seguida por el joven Palacios.

Una vez que entre en vehículo, cerré la puerta de este mismo con fuerza, para después tomar mi celular.

Cᴏɴᴛɪɢᴏ / Tʀᴜᴇɴᴏ 🌜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora