Cᴏɴᴛɪɢᴏ / Tʀᴜᴇɴᴏ 🌜

Cap 68. 🌜

Ana

—¡PERO CONTAMEEEE BOLUDA!.— grito desesperada Juli, moviendo sus manos como loca, a lo que yo solté un pequeño salto del susto

—Callate Julieta, que le espantas los pensamientos.— Manu que estaba a mi lado percatandose de la manera que me asusté, me acaricio la espalda, mientras retaba a mi amiga la escandalosa

—Bueno che, es que está dando mil vueltas y no dice nada.— se excuso la pelinegra

—Deja en paz a la nena.— renegó nuevamente mi amigo el castaño —Segui Nana, antes de que está loca se arranque los pelos de la ansiedad.— me indico a lo que yo solté una leve risa

Los amo mucho en verdad...

Hace dos horas que estaba con los chicos, ya que habían venido a "verme" o eso me dijeron, pero desde que llegaron no han dejado de tocarme la panza, masajearla, y preguntarme que pasa con Mateo.

—¿Pero que quieren que les diga?.— volví a preguntar inocente haciéndome la boluda

—¡DIOS MÍO ANA!... Solo queremos saber si te lo chapaste, te lo cogiste, se la chupaste, te acomodo la matriz qsy boluda...— Julieta quien ya estaba muy desesperada hasta el momento, por qué solo me hacía boluda explico alterada nuevamente

—Julietaaa dios mío, hay nenes aquí..— Manuel la reto nuevamente tocando mi vientre ya notorio

A lo que una sonrisa grande y alegré se poso en mi rostro, al recordar la última vez que estube con Mateo y supimos lo que iba a ser nuestra hermosa hija.

—Nena...— corregí levemente casi inaudible a mi amigo, que tenía el ceño fruncido por lo alterada que estaba la pelinegra

—Hay nenas aquí que te escuchan y vos...-—Manu quien no se había puesto a analizar lo que solté, corrigió su oración deteniéndose a la mitad, para girar a verme sorprendido

A su vez Juli, también giro a verme anonadada

—¡QUEEEEE!—dijeron al uniso mis dos amigos más alterados que hace un rato

—¡Cierrenlo boludos que me van a dejar sorda!— me queje tapando mis oídos, negando

—¡¿ES NIÑA?!— mi amiga a mi derecha me tomo de la mano alardeando, a lo que yo con un poco de miedo asentí suavemente, sin quitar la sonrisa de mi rostro —¡AHHHHHH BOLUDAAAA, YO LO SABÍA!, ¡LA CONCHA DE LA LORA, YO LO SOÑEEEEE!—

La pelinegra saltó de un solo brinco de su puesto, tocando levemente con ambas manos su cabeza señalando está misma, como si de una psiquica se tratase a lo que yo reí leve al ver esa escena.

Mi amigo el castaño estaba en shock viéndome fijamente con una enorme sonrisa, y un poco con los ojos llorosos

Esa imagen de mis dos personas favoritas, saltar y llorar de la felicidad por una cosa de esta magnitud, siempre la tendré en mi memoria.

Se que pase lo que pase, siempre los tendré a ellos...

—Felicidades Nana, te mereces un amor genuino y una felicidad brillante, que nadie más te daría, más que esa creatura.— Manuel quien después del shock seco sus casi no visibles lágrimas, menciono de la manera más sincera y encantadora que alguien me lo hubiera dicho