Cap 33. 🌜

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Ana

—¿Que se siente ser mamá del hijo de un cheto?.— me jodió Dani mientras caminábamos por la plaza

Si amigos estába con Daniel ya que hace mucho no salíamos, y me invitó a tomar un helado.

Habían pasado, tres días, desde mi última salida con el padre de mi hijo, podría decir que nos conocimos un poco más.

Me contó muy en general sus gustos, muy predecibles, y muy superficiales.

Pero valla fue un avance, creo que fue una buena charla en general para dos desconocidos.

No fue tan caótica como lo pensé, no era tan ortiva como aparenta, aunque si fue muy serio, como es de costumbre.

Claro debo admitir que en momentos la charla se torno incomoda, pero los dos sabíamos cómo sacar ese ambiente, y por ratos fue agradable hablar con el

Pero aún así quería saber de el más a fondo, digo si mi hijo se va quedar con el para siempre, al menos debo saber, que no es un asesino cereal, o un demente psicópata con fetiches raros.

—Cerra el ojete vos, hijo de puta.— golpee su hombro levemente mirándolo mal

—Deaah joda.— rio mientras seguía caminando

Yo solo lo fulmine y seguí caminando, sintiendo un gran apetito por el helado.

Daba pequeños saltitos mientras caminaba, sintiendome feliz, por la gran esperada porción de helado que me esperaba.

Caminamos unos cuantos minutos más, hasta llegar a la heladería, dónde por suerte no había mucha gente.

—¿De que quieres?.— pregunto el semi rubio a mi lado

—De... de...— pensé —Chocolate y chispas, ¡No!, Mejor de menta granizada, ¡No! Mejor de galleta.— decidí —¡O mejor un litro de cada uno!.—

Mi amigo río exageradamente y me miró con una expresión de sorpresa.

—¿Me jodes?...— pregunto divertido

—¿Que?.— cuestióne con una ceja alzada

—Me parece que alguien tiene mucha hambre.— señaló mi abdomen —Jamas te oi decir que comerías tres litros de helado vos solita.—

Dani sabía del embarazo, y eso por qué fue un error, un día mientras Manuel y yo hablábamos por teléfono, Daniel oyó todo, y eso fue por qué Manuel estaba en casa del semi rubio.

Al principio se sorprendió mucho, y decía que iba matar a el pibe que me embarazo, pero en cuanto le expliqué todo, su sorpresa crecio más.

Tanto, al punto de casi desmayarse, que si no fuera por Manuel que le pegó repetidas veces en el rostro, no la contaba.

—Bueno... hoy es tu día de suerte.— sonreí con sarcasmo

—Quiero decir que solo me alcanza para un litro Nana... lo siento.— me miró apenado

—Ay Dani, no te preocupes...— le sonreí relajada —Solo estaba jugando.— rei

—Ufff menos mal, por qué pensaba llegar a fin de mes.— bromeó

Pero ambos sabíamos que la situación con la gente de nuestra rango económico, teníamos que luchar para sobrevivir hasta fin de mes, pero aún así lo tomábamos con humor.

Junto con mi amigo, camine hasta el mostrador, dónde una piba rubia que parecía odiar su vida, con una uniforme de marinero, que decía "Scoops Ahoy" en el centro de su sombrero.

Cᴏɴᴛɪɢᴏ / Tʀᴜᴇɴᴏ 🌜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora